Martes, 25 de Septiembre de 2007

Sin dueño y sin castilloPACO

Paco sigue en el Hospital. Puri el lunes le fue a visitar. Está mejor. Se le entiende algo más al hablar y controla: Sabe que hemos estado y me recuerda a mí y a Miquel y a otros de Arrels que han ido a visitarle. De su hermano, pasa, pero también ha ido a verle y nos consta que está preocupado.
Hace años, Paco vivía en su casa, con su cuñada y sus sobrinos; pero llegó un momento en que se hizo insoportable compaginar convivencias. Paco se tuvo que ir con sus bolsas y su vino. Se buscó un rincón en la calle donde vivir y allí fue donde Puri y yo le conocimos.
Ahora Paco cuenta con nosotros: «¡Sois lo único que tengo…!», le dijo a Puri -¡¡¡es desde Mayo que le conocemos…!!!-. Y confía en que le busquemos algún lugar en donde pueda recuperarse. Miquel ya lo está haciendo. Por lo pronto «un punto» para la Administración: Paco continúa en el Hospital, aunque se le ha dado de alta de la enfermedad y por lo tanto ya no es responsabilidad de los servicios sanitarios y ha pasado a ser un problema para los servicios sociales. No siempre esta coordinación existe. Nos congratulamos por Paco que, al menos, no tiene que pasar ninguna noche en la calle mientras se le asigna una residencia…¡que no hubiese sido la primera vez que esto sucede…!
Por lo de más…, hemos estado en su rincón, estaba vacío. Un día alguien avisó a los servicios de limpieza y desmontaron el castillo: carros, mantas, bolsas…, suciedad…, aunque aún quedaban manchas. Algunos días antes había pasado su hermano para recoger los documentos y las cosas más personales; pero alguien se le debió adelantar, pues no encontró ni documento de identidad, ni tarjeta sanitaria, ni cartilla de ahorro.
Puri y yo miramos el sitio con una cierta nostalgia: Habíamos conocido a una persona que, aun y tirada en la calle, conservaba una dignidad que el hospital le había robado…

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JORDI

Sigue en su banco «durmiendo» uno o varios de esos períodicos que te dan sin tú pedirlos. La ropa necesita un cambio, las moscas que pululan por su alrededor así lo delatan, pero a él no le importa. Le recordamos que si quiere puede pasar por Arrels: «Es un mal barrio. Ya sabes…, está lleno de moros…, el barrio chino…» En fín, paciencia… Si todas las cosas que tenemos fuesen por nuestros méritos… Este pensamiento es el que me consuela y el que me hace muchas veces morderme la lengua. Y es que no por ser pobre, se tiene la obligación de ser más bueno.

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JOSÉ

Hoy hemos vuelto al parque para indagar sobre José. Los indicios habían desaparecido: ni un colchón, ni una bolsa… Y un aspersor echando agua en donde el otro día habáimos visto los enseres. Mientras regresábamos, observamos a un hombre sentado en un banco, leyendo una novela (me imaginé que era de aquellas antiguas del Oeste, tipo Stefanía), con chandal y gorra con bisera azul y al lado una mochila de deporte. Áquel hombre podría ser José. Nos miró en el momento que pasábamos junto a él, pero no nos hizo mayor caso y siguió leyendo. Luego preguntamos en un quiosco-bar: la descripción podría coincidir, pero ya no volvimos. Todo tiene su tiempo y en estas cosas no hay que hacerse los pesados… Otro martes será. Pero parece que el círculo se está cerrando…

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Un comentario en “Martes, 25 de Septiembre de 2007

  1. Anna dijo:

    He leído el relato de la página principal que cuenta la estancia de Paco en el hospital y he querido saber más. He clicado en Para leer más y la historia me ha enganchado. ¡Qué relación tan bonita ha surgido en relativamente tan poco tiempo! Des de mayo que lo conocísteis hasta ahora, septiembre. 5 meses. 5 meses de relación, de estar, de acompañar, de compartir…Y su fruto: Paco cuenta con vuestro apoyo, sabe que os preocupáis por él, que iréis a visitarle, que le estáis buscando un sitio…Estoy contenta porque sé que Paco no se siente solo. Pasará muchos ratos solo en el hospital,sí, pero con la certeza que en cualquier momento puede entrar por la puerta una cara conocida y amiga. ¡Y esto me llena de gloria! Un abrazo para todo el equipo de calle.

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