DISFRUTAR ACOMPAÑANDO

la-calma.jpgNos hemos acostumbrado a tratar a los demás a modo de lo que podrían ser y no a modo de lo que en cada momento son.
Ya cuando niños desperdiciamos sus posibilidades de lo que ya son, para exigirles lo que han de ser, como si sólo fuesen personas en potencia.
Cuando son jóvenes, los padres luchamos también a la contra por miedo a que nuestros hijos no puedan ser lo que nosotros creemos que deberían aspirar a ser.
De maduros hay como un “in pace”: Nos aguantamos opiniones civilizadamente.
Pero cuando ya somos viejos, nuestros hijos nos recriminan lo que no fuimos capaces de ser y ellos hubieran querido que fuésemos.
No se dan cuenta que ni nos acordamos. Que cada uno vive su vida tal y como buenamente puede. Que nuestros recuerdos son los que hemos querido/podido guardar y los hemos guardado a nuestra medida y conveniencia. Pero que sepan que sus recuerdos, los que ellos tienen de entonces…, ¡ también los guardan a su conveniencia !
¿Por qué no pararnos?:
Mirar al que tenemos en frente y simplemente disfrutarlo; sin más. Escucharle y aceptarle sin historia que recriminar y sin futuro que organizarle.
Sólo sois tú y él. Ambos seguramente que nos necesitamos mutuamente ¡ahora!  ¿Mañana…? ¿¡Quien sabe mañana…!? Mañana a lo peor le lloramos, echando en falta aquello que ahora seguramente lo tenemos tan a mano.
Pues eso igual deberíamos hacer  con los que viven la calle.
¡No les querramos arreglar la vida!. Acompañémosle, disfrutémosle… mientras podamos.
Su vida ya se la arreglará él…, si quiere… A lo mejor, entonces, hasta nos pide que le ayudemos…

5 comentarios en “DISFRUTAR ACOMPAÑANDO

  1. JM dijo:

    Realmente esta sociedad (el hombre moderno) tiene una manía en pensar siempre en futuro, la educación de los hijos, que haré cuando acabe de estudiar, donde iremos de aqui unos días o de aqui unos minutos, que haré, etc., siempre piensa y habla en futuro, pero se deja lo más importante, EL PRESENTE, que es el momento que se vive, es la realidad, el momento que realmente se puede aprovechar.
    Este es el hombre moderno y por ello añoro al hombre antiguo, que sabía disfrutar de aquello que tenía en el momento que lo tenía.

    JM

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  2. Miguel Virto dijo:

    Estoy contigo, con los tres comentaristas que me preceden, y sobre todo con la idea de que lo importante es acompañar, no forzar, pues cada uno hemos tenido que saber el momento adecuado de pedir, afortunadamente, ayuda.

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  3. Bien, Enrique, bien…

    Comparto completamente tu idea de acompañamiento. Lo que dices tú, Roger, también me gusta y lo comparto.

    Se trata de estar con la persona. Compartir con ella, forjando, poco a poco, o con el tiempo que haga falta, una relación.
    Pues claro que tendremos el deseo de conseguir cambios que mejoren la situación de la persona. Y sobretodo como profesionales, nos empeñaremos en conseguir alguna motivación que lleve al cambio. Pero es la persona quién decide, es la persona quién lo tiene que ver… Aunque nosotros tengamos muy claro lo que debería ser, es ella, la persona, la que decide lo que debe ser su vida.

    Se trata de seguir y respetar el ritmo de la persona. Puede que, a veces, haga falta mucho tiempo para conseguir cambios. Pero paciencia, todo llegará.

    Abrazos

    Anna

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  4. Roger dijo:

    Benvolgut Enrique :
    a veces, con el quehacer estresado de la vida ésta, uno nunca se para. Y es una cosa que tenemos, sin lugar a duda, que aprender. Detener el tiempo y disfrutar, valorar el momento y no esperar nada a cambio de nada. Y así,como tu dices, seguro que todo llegará. Ay, si nos dejaramos de «ratios» y nos centraramos en » ratos»…
    Un abrazo compañero

    Roger

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  5. candelaarias dijo:

    Hola compañero. He visitado tu espacio. Haces una gran labor. Yo también fui voluntaria aunque en otro sector desfavorecido de nuestra sociedad.

    Te voy a linkear con un artículo tuyo y tu bitácora desde Criaturas imaginarias.

    Te dejo un abrazo 🙂

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