Hoy escribe Gabriel (5)

CRUCE DE CAMINOS

Iba absorto, con la mirada hacia adelante, sin mirar a nadie, a rumbo fijo. Por eso no llegó a sentir a la pareja que con él se cruzó.
– ¿Lo has visto?
– No. ¿A quién?
– A «X»
Echó la vista atrás y no vió a nadie que le llamase la atención.
– No sé, no le he visto.
– Sí; era él. Y, para estar en la calle, no lo parece.
– Dicen que lo vieron hace tiempo en una iglesia pidiendo. Estaba hecho un desastre: El pelo sin lavar, desaliñao y con aspecto de haber bebido.
– Sí, es una lástima. Era un buen chaval y trabajador.
– Dicen que en su casa temían cuando escuchaban sus pasos. Venía siempre mareado.
– De los últimos trabajos le echaron por eso y en el barrio no había bar que lo dejaran entrar.
«X», mientras, llegaba a puerto, un centro donde le han ayudado a salir de la calle. Vive en una pensión y se medica para no consumir. Le cuesta, porque la calle le ha endurecido; pero habla de volver a trabajar. Quienes le han tendido la mano le escuchan cuando habla y él, poco a poco, se abre. No es fácil, pero muchos lo han logrado, ¿por qué no él?.
Gabriel

¿Quién es Gabriel?

2 comentarios en “Hoy escribe Gabriel (5)

  1. JM dijo:

    Mientras alguien te escuche y te mire a los ojos, es decir, mientras haya un faro y una baliza que te pueda indicar un camino, siempre se puede llegar a puerto, aunque a veces te encuentres con fondos arenosos (parejas por la calle que te ven), olas encrespadas (comentarios fuera de lugar) o arrecifes (personas engañosas).

    JM

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  2. Dani dijo:

    Me hace gracia el comentario de «Era un buen chaval y trabajador». Si es que en el fondo mucha gente lo piensa…
    Es que esa persona ha dejado de ser buen chaval y trabajador? Si hace tiempo que no lo ven, ni apenas hablan con él. Supongo que deben clasificarlo por su apariencia. Ya no es trabajador? Acaso saben ellos si esa persona en otras condiciones no seria mejor trabajador incluso que ellos?!

    «Se dice que un emperador japonés, que en su fiesta de aniversario invitó, entre otras personas, a la persona más sabia de Japón. Cuando todos los invitados estaban en la fiesta con sus trajes y ropas elegantes apareció el sabio con harapos y sucio. El emperador al verlo, no dudó en llamar a los guardias y hecharlo de palacio.
    El día siguiente, el sabio se presentó a palacio con un traje muy elegante hecho de hilo de oro. Al verlo el emperador no dudó en dejarlo entrar y con todos los honores invitarle a pasar. Con todo el sabio se quitó la ropa y quedó completamente desnudo. Se dirigió al emperador y le acercó sus ropas mientras le decía: creo que te has equivocado, no soy yo a quien buscabas, es este traje al que querrías».

    Podemos nosotr@s señalar a una persona y sin conocer los motivos que le llevaron a la calle? culpabilizar a la persona de su situación? criticar sus maneras?

    «Si lo que vas a decir no es más bello que el silencio, no lo digas» Proverbio árabe.

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