– ¡Es que bebe mucho…!
– ¿Y…?
– ¡Es que huele mal…!
– ¿Y…?
– ¡Es que siempre está sucio…!
– ¿Y…?
– ¡Es que molesta a los otros…!
– ¿Y…?
– ¡Es que el recurso no es el adecuado para él…!
¿No fuimos a la calle a por él…?
¿No era a él al que buscábamos…?
¿No fue en él en quien nos fijamos porque siempre estaba bebido y olía mal y nunca se duchaba…?
¿No era él que queríamos que viniese…?
Y ahora que le tenemos…, después de tanto tiempo de estar esperando a que quisiera venir, ¿ahora no sabemos qué hacer con él?
Si cuando le vimos y le dijimos que viniese, ¡ya era así!
Si cuando le vimos y nos dijo que venía ¡no le pusimos condiciones!
¡ni que dejase la bebida, ni que fuese limpio, ni que dejase de oler…!
¡Queríamos al que nadie quería!
Y ahora que le tenemos ¿le echamos las culpas? ¿de qué?
Ver los otros ¿Cúal es el problema?
Con cartones por la calle 
Esto es como todo en la vida, uno conoce a alguien y lo conoce de una forma, tiene su personalidad, su formas, sus gustos, sus ideas…y al cabo de un tiempo pretenden hacer cambiar todo eso, porque les molesta, porque no piensa como tu, porque cree que lo que hace, piensa, cree es lo mejor y único existente….al final que pasa????….todo se rompe, porque no podemos cambiar a nadie, o lo aceptamos tal como es, o es mejor dejarlo como estaba. Besos MArian
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De ser como ha llegado a ser. Pero todos hemos llegado a ser de una manera. Pero todos no nos vemos en la calle, ah pero hasta… que la fortuna es así y en cualquier momento te pone del otro lado. Ven a dormir y a cobijarte es una cosa pero ven y se otro, otra muy distinta. Y además por qué… cambiar. Pienso en mí y en mis manías y no lo veo claro, cambiar. ¿No hay sitio para los que no quieren cambiar?
Un abrazo.
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