No. Los consejos pocas veces sirven. ¿Quién es nadie para dar consejos?
Uno, en todo caso, puede abrir su experiencia a los demás y, sin juzgar nada, ¡que cada cuál aguante su vela!
¿Mi experiencia?: Un grano de arena en una inmensa playa.
Las situaciones de exclusión, de mal vivir, me sobrepasan, están más allá de lo que yo puedo abarcar y de entender y de dar soluciones. Pero tampoco quiero pasar por la vida haciendo de lo que me rodea algo que no me afecta a mí personalmente.
Intento no culpabilizar a ninguno y menos al que padece la injusticia y tiene sus derechos enajenados.
Si he de echar la culpa a alguien, es a la sociedad y como que en ella estoy, por mucho que la critique, no dejo de ser uno de sus afortunados beneficiarios. Por lo que, en este sentido, ayudo a su sostenibilidad y no puedo excluirme de ser otro más de entre los culpables de que esta sociedad sea lo que es.
Aunque la encuentro injusta.
¿Cómo va a ser justo un sistema en donde hay ricos que lo son tanto que da vergüenza que lo sean?
¿Cómo va ser justo un sistema en donde si tienes más, más vas a poder tener y, si tienes menos, tienes todas las posibilidades de quedarte sin nada?
Ante este panorama, ¿mi postura?; ¿lo que siempre empiezo y siempre luego tengo que volver a intentar?:
– Procurar no agobiarme ante tanto que habría que cambiar, pero que hay que cambiar.
– Ser feliz, intentando hacer feliz al que está cerca de mí.
– Luchar por intentar ser consecuente y ser crítico con un sistema que siempre busca «venderme la moto»
– Denunciar y exigir los derechos de aquellos que no los tienen, aunque con ello se vean mermadas algunas/muchas de mis prebendas.
Y con este bagaje me acerco al que está en la calle. Intentando no proyectarle mis agobios y buscar entre los dos ser un poco más felices -los dos-
Ya sé; no dí solución a nada.
si aunque no lo creas, que tu te sientas alegre y rias con quien escuchas sin intenter inducirlo a nada,muestra lo sencilla que es la sociedad en si,si se quisiera dar su significado a ese nombre
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Gracias por acercarnos la realidad de la calle, tan llena de rostros, de historias, de nombres… Gracias por estar ahí
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Creo que tienes razón, a mi tampoco me gusta dar consejos, es lo peor que se puede hacer. Alguna que otra vez se vuelven en tu contra. Así, que como tu me apunto a esas claves de convivencia:
– Procurar no agobiarme ante tanto que habría que cambiar, pero que hay que cambiar.
– Ser feliz, intentando hacer feliz al que está cerca de mí.
– Luchar por intentar ser consecuente y ser crítico con un sistema que siempre busca “venderme la moto”
– Denunciar y exigir los derechos de aquellos que no los tienen, aunque con ello se vean mermadas algunas/muchas de mis prebendas.
Querido Enrique, no tienes que agradecerme nada, al contrario creo que estás haciendo una magnifica obra. Eso lo puedes creer. Además me gusta que las personas sepan lo que pasa, sepan de los problemas que tenemos, de la vida de otras personas que por desgracia no tienen las mismas oportunidades que la mayoría. Así, que el agradecimiento es para ti, por darnos la oportunidad de ir conociendo más ese mundo que ni mucho menos es «sucio», al menos para mi. Creo que es un mundo dificil, eso si, pero no sucio. Hay personas maravillosas entre ese grupo de gente marginada, existen personas buenas, que por algún motivo en su vida han caído en ese pozo, pero yo nunca diría un mundo «sucio». Lo llamaría un mundo «incomprendido, diferente…
Te mando un beso fuerte. Marian
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