Pedro Cluster en su Blog Indigencia se queja:
‘Siempre que los doctos especialistas en luchar contra la exclusión, hablan de la gente de la calle dicen frases como: “es un proceso muy largo y complejo. Para reinsertarse se necesita mucho tiempo, un proceso largo y difícil”.
Esta es la gran excusa y a la vez la gran mentira.
Para justificar su trabajo, sus sueldos, sus subvenciones e,  incluso en algunos casos,  hasta la utilidad de sus oficios, defienden con ahínco esta teoría.’
porque Pedro considera, y no sin razón, que ese deterioro se debe a que ‘nunca se recibe la atención adecuada en el momento adecuado, es decir al principio del proceso.’
Pero a mi entender se olvida de un dato obvio: las personas deterioradas son, están en las calles, y son precisamente ellas -las más deterioradas- las que más padecen la violencia de la calle.
Un dato: La noche que se hizo el recuento en Barcelona, se constató que más del 45% (en Madrid es cerca del 62%) de las personas que esa noche pernoctaban en la calle llevaban más de un año haciéndolo. Tiempo suficiente para que la calle ya les haya pasado factura y necesiten algo más que un trabajo y una casa. Efectivamente podemos quejarnos -y desde aquí lo venimos haciendo enérgicamente- de que estas personas no han recibido seguramente el trato adecuado en el momento adecuado.
Y de aquí muchas veces mi queja en la falta de prevención y en la parte de culpabilidad que todos tenemos al permitir una sociedad sin entrañas.
¿Qué va a pasar con tantas personas que ahora, con la crisis, quedarán en el paro? ¿alguien piensa, cuando las echan, si quedarán en la calle..? ¿cuánta familia deja desamparada?…
Pues estas personas serán -las que no tengan un soporte familiar, económico, social- quienes dentro de un tiempo pasarán a engrosar el número de personas que vivirán deterioradas en la calle. Esta es la realidad.
Y la realidad nos habla de un 45% de personas a las que hay que buscar soluciones no de paños calientes, sino también de salidas para que también ellos encuentren su dignidad y su autonomía. ¿O hay que dejarlos que se pudran en sus miserias porque nadie en su momento les ayudó?.

Yo, Pedro, soy uno de esos voluntarios de una de esas ONG’s de las que hablas y que me temo que no tienes ni idea de su trabajo. (Cada uno zapatero a sus zapatos).
Como voluntario de esta ONG ya llevo más de 6 años. Y mi trabajo consiste en andar las calles de Barcelona para conocer y estar con la gente que vive y duerme en la calle. Y he conocido en estos seis años a muchas personas y conozco algo de ellas y de su variada realidad y motivaciones para estar en donde están.
Muchas no llevan uno, sino muchos más años en la calle, algunos me hablan de hasta cuarenta años viviendo así.
Y precisamente porque sabemos de la realidad que existe en nuestras calles, mi ‘ONG’ optó en su momento -yo por supuesto también- por aquéllas más rotas, más destrozadas, no precisamente para autocomplacernos en la miseria y en el asistencialismo barato y acallar nuestras conciencias, sino porque creemos en la persona y creemos hasta tal punto en ella que pensamos que, aunque el camino sea largo, porque lo es, toda persona es capaz de recobrar su dignidad y tiene derecho a que esta sociedad le ofrezca una vida digna -hogar, comida, trabajo…-
Como tú dices, y a mí me encanta: ‘Derechos, sí, caridad, no‘
Pero, ¿sabes, Pedro?, yo nunca le obligaré a que tome ninguna decisión que él no quiera tomar, pero, si quiere, le ayudaré a abrir puertas. Y mientras esto sucede, intentaré ganarme su confianza y valoraré con él nuestra relación de personas y me sentiré feliz con que él se sienta un poco feliz y le retraiga en algún momento de su soledad.
Y esta relación se convertirá en un proceso de respeto mutuo que no tendrá ningún objetivo, como no lo tienen las relaciones entre personas, pero al mismo tiempo nos hace crecer a los dos.
Y ¿sabes? da resultado. En veinte años de existencia de la ONG y de seis de mi experiencia ya han pasado muchas personas que han salido de la calle, del alcohol, de la droga y que viven dignamente. ¡Y son de las más rotas que estaban en la calle! Y sí, hay que echarle más tiempo, mucho tiempo, pero somos bastantes los que estamos dispuestos a ‘perderlo’ con ellos, pero no para fomentar el que se queden, sino para ayudar a que vuelvan a tener razones para salir de allí, cuando quieran, pero sabiendo que siempre pueden contar con nosotros, estén dónde estén, estén cómo estén.
Y son largos los procesos porque también, y tú lo sabes, hay vueltas atrás, porque del túnel no se acaba nunca de salir. Y nosotros lo sabemos y, si hace falta, volvemos a empezar, aunque para nosotros nunca es empezar sino que continuamos.
¿Que estos problemas no los tendríamos si se trabajase la prevención y nuestra sociedad fuese un poco más humana?, de acuerdo.
¿Que si trabajásemos por las personas que acaban de entrar en la calle, tendríamos más exitos?, también.
Pero con ello siempre quedarían los que siempre quedan, los que están más abajo, los más tirados, los que más molestan, los que no cuentan para nadie ¿ni siquiera para tí?, porque ni ellos saben lo que quieren.
Y por eso, Pedro, algunas ONG’s y algunas personas hemos optado por el más tirado, aunque sepamos que con menos medios se podría hacer más. ¡Y seguro que hay que hacer más!, pero nosotros seguiremos con lo que tenemos: Más tiempo, menos éxitos… y recursos… los que nos den…

Un saludo y ¡feliz Navidad!

Enrique Richard