Una buena amiga, de mi tierra, siempre tiene una palabra comprometida con su/nuestra fe. Hoy me ha enviado esta felicitación de Navidad y yo quiero compartirla con todos:
¡Que no se acabe la esperanza! ¡Que no se acabe la Navidad!
TU VOZ HECHA SILENCIO
Ya vienes. Te espero. Te espero con ganas.
Sé que estás cerca, muy cerca. Pero callas.
Te pregunto. Exijo tus palabras
y hasta tus soluciones,
pero callas.
En el silencio de la noche
-mía y del mundo-, callas.
¿Callas?, ¿o es que no atisbo a encontrar tus señales,
a entender tu lenguaje o a captar tus palabras…?
«Un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre»
Esta es tu Palabra y tu lenguaje;
estas son tus señales.
Esto es el TODO, envuelto en la nada.
¡Tu voz hecha silencio!
En medio de la noche, te manifiestas.
Te asomas a mi vida
y a la vida de la humanidad toda,
nos haces un guiño
y nos invitas a correr hacia el Pesebre.
¡A un Pesebre! ¿Por qué no a otro sitio?
En las personas a quienes les ha sido
arrebatado el rostro, ahí te manifiestas:
Quienes tienen por techo los cajeros;
a quienes la droga ha despersonalizado;
en las personas «no legales»;
en la juventud sin nombre;
en los fríos pasillos de la cárcel,
en el «local» del Barrio,
en ….. Ahí te manifiestas.
¡Tu voz hecha silencio!
Y te manifiestas en los pastores que,
muertos de miedo, corrieron a verte.
Y desde entonces, en tanta gente que seguimos……
¡Corriendo hacia el Pesebre!
Conozco sus nombres y veo sus rostros.
Compartimos el gozo de entender tu lenguaje,
¡aunque duela!
Y tu Voz, hecha silencio, se vuelve Palabra,
se vuelve Utopía, lucha apasionada,
donación sin precio….
porque nos invade el convencimiento de que
«Las botas que pisan con estrépito»
no tienen la última palabra.
El Pesebre les ha quitado toda la razón.
Con cartones por la calle 
Marian: Hay de todo, como entre todos nosotros. Estas fiestas hay a gente que les duele y hay a gente que les llena de sus mejores sentimientos. Hay a quien les recuerda momentos tristes y hay quienes se rencuentran con sus mejores sueños. «Ellos» tampoco en esto son distintos a los demás: Sienten la soledad y les abruma, pero también quieren tener esperanzas. No; no son malos los sentimientos que se nos remueven en Navidad, si nos abren a la esperanza de que podemos hacer cosas mejores. ¡Hay que creer en la utopía! ¡que la utopía de un mundo nuevo no nos la compren los grandes almacenes! ¡ni tan siquiera para que dejemos de hablar de ella!. Por encima de los regalos, del disparatado consumo, de la precariedad, de las injusticias, sería una pena que, además, nos robasen el sentimiento de esperanza que la Navidad mueve. ¿Una vez al año?, lo ideal sería para siempre, pero menos da una piedra.
¡Feliz Navidad, Marian! ¡Feliz Esperanza para todas las personas!.
Un beso, Enrique
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Creo que decir feliz Navidad para estas personas es, para mi pobre conciencia, como un insulto. No creo que ninguno de los que viven en esas condiciones tengan una feliz Navidad. Está frase se ha convertido en dos palabras que se pronuncian con derroche en estos días, y que sinceramente, su autentico significado, ese real, el que realmente se tendría que sentir, no existe para ellos ni para muchos a los cuales les decimos. Así que yo no les diría feliz Navidad, esperaría que ellos me dijeran que es lo que realmente sienten en estos días, ese sería mi mensaje para todos. Besosss Marian
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FELIZ NAVIDAD PARA TODOS Y UNA NAVIDAD DE IGUALDAD PARA TODOS ,PAZ,AMOR Y UN HOGAR PARA TODOS…
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