MURIÓ “EL SEVILLA”, UN INDIGENTE

Agradecimiento y admiración
para todos los profesionales y voluntarios
del Ayuntamiento de Barcelona ,
de la Llar Pere Barnés y del Centre Obert d’Arrels
que en algún momento de la vida del ‘Sevilla’
le dedicaron su tiempo y su cariño
y que él siempre valoró.

El-sevilla

Ha pasado algo más de un año y aún lo recuerdo con dolor.
‘El Sevilla’ era hombre de calle.
Llevaba años, muchos años, en la calle y, otros muchos, debajo del puente de Calatrava. De hecho, según nos contaron, fue su primer inquilino, luego, vinieron y se fueron otros.

Le conocían todos los que en algún momento de sus vidas habían estado en la calle y todos le respetaban:

– Yo siempre pido las cosas con educación y con respeto y por eso a mí me respetan también -solía decir.

Y era verdad. Sus pequeños ojos y su interminable sonrisa cautivaban a cualquiera.
Amaba la calle y le gustaba vivir acompañado de colegas.
Había pasado por todos los recursos sociales de Barcelona, pero siempre era eso: de paso. Nunca se quedaba más allá de unos días, rara vez alguna semana.
Sus raíces eran la calle, el tabaco y el vino.
Puri y yo le conocimos en el Puente y luego, cuando la ‘Pensión Calatrava’ cerró por obras y desalojo, le seguimos visitando en el otro puente en donde se instaló de nuevo.

Llevaba un tiempo que no se encontraba bien de salud:
“Enrique, me decía, he de dejar todo esto y centrar la cabeza. No me encuentro bien y ya la calle no es buena para mí”.
“Cuando tú quieras ya sabes que tienes un techo en donde dormir. Pero eres tú quien aquí mandas”.
“Mañana; iré mañana por Riereta y solucionamos el tema”.

Los ‘mañanas’ pasaban y nunca llegaban.
Hubo un tiempo en que hasta los compañeros de ‘Pensión’ nos decían: “Lleváoslo. Está mayor y enfermo”.
Pero cada uno es dueño al menos de sí mismo… Si esto tampoco se lo respetamos, si hasta eso les robamos ¿dónde queda su dignidad?.

Por las noches le buscaban el mejor rincón del puente, lejos del ruido y del alboroto que a esas horas organizaban. Y junto a su colchón colocaban otro en donde dormía uno de ellos en guardia permanente.
Ellos mismos se encargaban de llamar a urgencias cuando las cosas se ponían mal. Le ingresaban y, apenas los tratamientos hospitalarios le estabilizaban, otra vez al puente.

¡Al fin! un día llegó aquel ‘mañana’ del que con frecuencia nos hablaba.
En primavera ingresaba en la Llar Pere Barnés.
Incluso pagó por adelantado un mes de estancia.
Pero el mes se convirtió en apenas una semana y ‘El Sevilla’ volvió con los suyos, al puente, a sus raices.

– Allí (en la LLar) me encontré muy bien, nos decía.

Luego vino el desalojo, la disgregación, hasta que le volvimos a encontrar otra vez.
Y otra vez a esperar otro nuevo ‘mañana’ para salir de la calle.

Ese otro ‘mañana’ llegó una tarde de un miércoles que, hecho polvo, se presentó en Riereta.
Esa misma noche durmió en pensión.
Esa noche… y algunas más. Hasta que supimos que había muerto. Allí en la habitación, solo, sin nadie.

Me sentí mal, muy mal.
Él no hubiese querido morir así.
Todo el tiempo buscando salir de la soledad y a cambio le damos morirse solo…
¡Qué pena!
¡Qué favor tan grande el que le hice…!: ¡Morirse en la soledad de un techo que incluso le impedía ver las estrellas…!
¡Qué rabia…!, ¡qué impotencia…!
Y te das cuenta que un techo, un piso, no es el fin del camino para estas personas que viven la soledad.
¡No me culpo!, pero siento la impotencia de no saber, de no tener soluciones.

A los pocos días ‘El Sevilla’ era enterrado por sus familiares.
¡Qué misterios!

Me duele más
la soledad de tu muerte

que tu vida;
pero quiero creer
-aunque no me consuela-
que hoy, al morir,

has recuperado el derecho,

que entre todos

te arrebatamos,
a vivir dignamente

Enrique

3 comentarios en “MURIÓ “EL SEVILLA”, UN INDIGENTE

  1. Siento mucho la muerte del Sevilla. Tu comentario me ha hecho pensar sobre el respeto a las decisiones ajenas. Las decisiones que deben ser tomadas las lleva uno dentro, Pero ¿Y cuando se conocen y no hay fuerzas para llevarlas a cabo? Pero me enseñas que a pesar de todo hay que respetar , y das las razones ( si le robamos el que cada uno sea dueño de si mismo ¿que le dejamos? ) Gracias por todo lo que aprendo con vosotros y un abrazo. Mercedes

    Me gusta

  2. quia dijo:

    enrique lamento lo del sevilla. que aprendizaje este de dejar que el otro decida. que aprendizaje acompañr aunque nuestro ser sienta que esta equivocado. que cierto lo de la soledad.abrazo desde buenos aires

    Me gusta

Deja un comentario