MURIÓ UN HOMBRE BUENO

Mi querido amigo y compañero, Josep Mª. Mi admirado maestro:

Me enteré que te fuiste; pero antes te las ingeniaste para poder despedirte.

Querías que pasaran todos, pero algunos se quedaron en la puerta: les daba miedo transmitirte su dolor.

Muchos disfrutamos de tu adiós.

– Nunca pensé que me quisiera tanta gente, me dijiste casi en un susurro con la mascarilla del oxígeno quitada para poderme hablar. Yo te acariciaba las manos y te miraba a los ojos:

¿Tú te sorprendías de tanto cariño?

– Te quieren, te dije, porque tú quisiste primero.

Sería de mal nacido no corresponder a tu amor desinteresado, activo, sin esperar nada a cambio.

– Lo aprendí de Arrels, me dijiste, en tantos paseos descubriendo a gente que sufre viviendo en la calle.

“Cuando veas a alguien con la mirada perdida, arrastrando los pies, con alguna bolsa de plástico en la mano, acércate a él, interésate por él…”

Era tu discurso, el que tú me enseñaste y yo aprendí.

Marcaste camino y abriste tantas vías de esperanzas a tantos que la habían perdido…

– Jesús ha sido mi maestro y mi luz.

Tus ojos se encendían al decírmelo postrado en aquella cama del hospital. Ahora tu mirada me la acercabas a tu Dios: al Dios de los pobres, de los enfermos, de los que no tienen nada:

El Dios de Jesús lo encontrabas escondido entre cartones.

– Allí está y tú supiste verle y comprometerte en el amor, te dije.

En el amor de un Dios que se hace miseria y se anda en los márgenes, allí donde nadie quiere entrar, porque duele y rompe nuestras certezas y nos descoloca y pone en cuestión nuestras propias seguridades.

Equipo de calle Arrels Fundació. Año 2002-2003

Te has ido sin pesar, quedándote entre nosotros. Tu ida nos une, si cabe, un poco más. Porque tu manera de irte nos ha hecho creer en un rencuentro que se acerca y que nos da fuerzas para esperar.

Y como un día tú le dijiste a Juan Collado en su despedida, hoy te lo decimos a ti:

“Reza por nosotros desde allá en el cielo. Porque, si el cielo hay que ganarlo, tú te lo tienes sobradamente merecido.”

Enrique

5 comentarios en “MURIÓ UN HOMBRE BUENO

  1. Eco Lógico dijo:

    José, tú y todos, vivimos por una vida bella
    entonces, la muerte es solo biológica
    la eternidad comienza después de ella
    haciendo un eco lógico
    sintiendo su enseñanza humana que destella,
    haciendo eterna su visión psico-socio-lógica
    más allá de cualquier fugáz estrella.

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  2. Montse Vergés dijo:

    Gracias por tu escrito Enrqiue, fue un lujo y una suerte haberle conocido, a él y a su preciosa familia. Seguro que ya descansa y nos prepara el camino para re-encontrarnos algún dia.

    Montse

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  3. Charo dijo:

    Precioso Enrique. Persona en mayúsculas, humilde y entregado a los más desfavorecidos. Fue un lujo poder conocerle y aprender de él. José M. siempre estará a nuestro lado.

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