Raul

2 de Junio de 2009

  • Estaba bien, ¡muy bien!, pero de pronto ha desaparecido. Desde hace unas semanas no sabemos nada de él. Los responsables de la Llar Pere Barnés, nos lo han comunicado al equipo de calle para que estemos atentos, por si lo vemos. Puri y yo no le hemos vuelto a ver en sus sitios habituales. Estamos preocupados. A lo peor le ha sucedido algo y no nos hemos enterado. Al fin y al cabo Raul es un enfermo grave.

25 de Noviembre de 2008

  • Raul ingresó en la Llar Pere Barnés. Es una residencia de 30 plazas que Arrels abrió el año pasado en Noviembre. Cada residente tiene su propia habitación individual para dormir. En la Residencia también comen y cenan y tienen espacios para estar. Se trabaja la autonomía en lo que se puede y hasta dónde se puede. Algunos, desde allí han pasado a pisos compartidos. Estamos orgullosos y contentos de poder ofrecer este recurso en donde la dignidad de la persona es muy cuidada.
    La transformación en Raul, ya lo conté, ha sido abismal. La relación es mucho más fluida y en la Llar se ha comprometido en hacer pequeños servicios. También por la mañana va al centro ocupacional. Se siente útil.
    Pero no siempre las cosas son maravillosas. Me consta que hace poco armó follón y parece ser que perdió los papeles. Y es que Raul no ha dejado del todo la bebida y a veces se sigue pasando con él y con los demás. Lo que no nos debería sorprender. Las personas no cambiamos de la noche a la mañana y menos personas que, como Raul, han vivido tanto tiempo en la calle, que tienen sus vidas machacadas, su cuerpo lleno de alcohol y de enfermedades, algunas incurables, y que, todo unido, le hacen complicado encontrar razones para vivir.
    Es por esto que no puedo sino admirar la paciencia y el buen hacer de las personas -voluntarios y profesionales- de Arrels o del Ayuntamiento o de cualquier otra organización, que día tras día, hora tras hora, tratan con ellos y que no paran de recibir «bocadillos a sus espaldas» , sin que en realidad sean culpables de los desatinos de estas vidas rotas. Y a pesar de todo seguirles mirando a la cara, sin rencores, con cariño, volviendo a empezar…, hasta setenta veces siete…, sin esperar nada a cambio… Es difícil su trabajo y por eso desde aquí mi pequeño homenaje y mi gran agradecimiento en nombre de los que no saben hacerlo.

8 de Julio de 2008

  • Raul vino de vacaciones a la Ruca.
    Estuvo contento. Disfrutó.
    Ya tiene sus colegas. Otros colegas diferentes a los que tenía cuando estaba en el banco de la plaza.
    Está enfermo, pero ahora, al menos, se le controla la medicación y los médicos.
    Lo que a veces sigue sin controlar es el vino… Y no le hace nada de bien para todo lo que tiene.

3 de Junio de 2008

  • Tenía ganas de hablar ya de Raul.
    Antes de nada la buena noticia: Raul accedió a irse del banco y está en pensión.
    Después de lo último escrito, un día, en la plaza, estando hablando con él, se desplomó y cayó al suelo. Raul, entre otras cosas sufre de epilepsia. Menos mal que estábamos a su lado y yo me dí cuenta de que algo no iba bien y pude aguantarle mientras se desplomaba.
    Llamamos al 061 y la verdad es que la respuesta fue muy rápida y se lo llevaron al clínico. Luego, por la tarde, ya de noche, le dieron el alta; pero Miquel ya había movido palillos desde Arrels y los servicios sociales del Ayuntamiento le tenían reservada una plaza en el albergue de la Zona Franca. Al menos que no pasara la noche en la calle y, si quería, podía seguir allí.
    Pero Raul no quiso. Es a lo que ya nos tenía acostumbrados. A la mañana siguiente se volvió a su banco. Esto era en Enero.
    A mediados de Febrero la cosa comenzó a cambiar.
    Un día le reservamos habitación en una pensión. Dudábamos en si iría, pero esta vez fue.
    Desde entonces, y ya estamos en Junio, duerme bajo techo y come dignamente.
    Al principio le seguíamos viendo por su banco y le costaba acercarse a Riereta, pero poco a poco ha ido cambiando y se ha integrado en los juegos del Centre Obert, se ha visitado por los médicos y se está controlando. Siempre más o menos. Sigue pidiendo hasta la saciedad, pero contra el defecto de pedir, muchas veces está la virtud de no dar. Pero lo cierto es que se ha producido un cambio de actitud que todos valoramos.
    Anna, su trabajadora social de Arrels, un día nos contará sus sensaciones. Hace poco me contaba que estaba encantada de este proceso.
    Son las miradas dulces de este trabajo, después de tantos agobios y de no tener respuestas.

22 de Enero de 2008

  • ¿Verdad que el otro día dije que el éxito no estaba en la plaza vacía? ¿Verdad que lo dije?.
    ¡Qué respiro!. Así ahora no me tengo que desmentir!
    Puri y yo volvimos a la plaza este martes. Sabíamos que Gerardo había dejado otra vez la pensión y había vuelto a la plaza «a solucionar sus cosas…» Queríamos verlo, charlar un rato con él y, de paso, saber si necesitaba algo.

    Pero el «frustre» fue, cuando allí, en medio de la plaza, sentado en su banco de siempre, nos encontramos con Raul.
    ¡Sí, sí! El Raul al que se le gestionó un billete para irse a su país, como era su deseo.
    ¡Pues apenas ha durado mes y medio la alegría! ¡Vuelve a estar en España!
    Estuvo con su padre y sus hermanos…
    No puedo (no quiero) explicar lo que sentí en el primer momento de verle: ¡Fue muy fuerte! ¡Qué rabia! ¿Qué quiere hacer este hombre con su vida?…
    Luego me fui calmando -¡qué remedio!- y con toda nuestra mejor voluntad nos acercamos a él y nos interesamos por él. Ninguna recriminación, aunque no lo entendiésemos y nos recomiese por dentro. De algo nos tiene que servir la teoría, aquello en lo que creemos profundamente: «Yo no soy salvador de nadie. Me limito a acompañar» y Raul también es dueño de sus actos a pesar de todo.
    Luego nos contó:
    Había pasado mes y medio en el hospital (prácticamente todo el tiempo desde que se fue). Los servicios de urgencia se lo habían encontrado en el suelo con un golpe en la cabeza (Raul, entre otras muy graves enfermedades, sufre de epilepsia desde los 15 años).
    Cuando salió de allí, la trabajadora social que le atendió le aconsejó que volviera a España:
    «Allí es donde tienes acreditado once años de cotización a la Seguridad Social y con las enfermedades que tú tienes, allí podrás conseguir alguna paga». Dice que le dijo.
    Su padre le pagó el billete de vuelta. Y aquí está otra vez. Sentado en su banco y durmiendo en cualquier cajero que encuentra vacío. Lleva más de una semana y allí está, sentado, sin mover un dedo. De la estación de autobuses a la plaza… No ha visto ni a su hijo, ni se ha acercado a los servicios sociales del ayuntamiento. Ni siquiera a nosotros nos había dicho nada ¿por vergüenza?, no lo creo. Está ahí como siempre. Más gordo o más hinchado por la medicación que toma…
    «Bueno, Raul, pásate esta tarde por Riereta para ducharte, si quieres». Aún le estamos esperando.
    Me cuesta, nos cuesta. Es difícil encontrar signos positivos y esperanzadores. ¿Dónde estarán?.
    No sé cómo acompañarle. Por un lado Raul puede parecer que sea un cara dura que quiere aprovecharse de la situación (¡qué pena de situación!). Pero no, no es capaz ni de eso. Aunque a veces resulte pedigüeño a pequeñas escalas (café, unas monedas…) que nosotros por definición, en nuestra forma de hacer calle, rechazamos. Es su pasividad y su inconformismo: Lo quiere todo, pero no lo busca y, cuando lo tiene, no lo sabe disfrutar.
    Pero por otro lado lo ves indefenso, débil. Entre otras debilidades, está medicándose para cuatro enfermedades graves.
    No sé. Me cuesta saber cómo ayudar a Raul sin paternalismos zafios.
    Me subleva su actitud, pero me duele no verlo «bien».
    ¿Ves Gerardo?. El toma sus decisiones. Y cuando toca calle, toca calle. Pero «yo ya sé que vosotros estáis», nos dice. Y quieras que no, cada vez «estamos» más tiempo. Es su proceso, paso a paso.
    Pero en Raul, no.
    Seguiremos esperando, seguiremos confiando… ¿En qué?…

1 de Enero de 2008

  • Raul marchó a su país a finales de Noviembre. Arrels hizo las gestiones necesarias y él habló con su familia. Allí le esperan. Aquí le quedan una exmujer y un hijo: Volverá, él quiere a su hijo. Pero, si vuelve, ojalá no necesite de nosotros…

20 de Noviembre de 2007

  • Desde la última vez que escribí sobre Raul, ha vuelto a estar en la calle. Simplemente dejó de ir a la pensión. Pero anoche pasó frío en el cajero y hoy nos ha pedido volver a dormir bajo techo. Hablamos con Miquel y ha reservado una habitación. El problema ahora es que se le ha acabado la autorización para comer en el comedor de la administración. Le proponemos algunas opciones, que él conoce mejor que nosotros, pero ninguna es de su satisfacción. Le cuesta moverse. Siempre tiene excusas para eludirse y a nosotros nos parece que quiere que todo se lo den hecho. Es de aquellas personas que te revelan, que te sacan de tus casillas y en las que piensas si no te estás equivocando, si no hay que exigirle un  poco más. Ya lo he comentado en alguna otra ocasión que Raul nos tiene a Puri y a mí un tanto desconcertados. Por un lado la razón te dice «¡Cuidado no caigas en el asistencialismo!», pero por otro ves que Raul es una persona joven, pero enferma y muy vulnerable y que cada vez se va deteriorando más. Pero te fastidia que siempre te esté pidiendo, que no se espabile…. Su actitud te predispone a estar en contra, a exigirle, a zarandearle…
    ¿Cómo ayudar a personas como Raul? ¿Cómo hacerles que luchen, que se ganen su vida? ¿Que dejen de ser dependientes, que dejen de ser personajes pasivos a la espera de que las instituciones les den las cosas masticadas? ¿Hasta dónde estamos fomentado esta dependencia?, pero también ¿hasta dónde no nos erigimos en jueces de lo que debe de ser o no debe de ser? ¿Es así como ayudamos a su dignificación?…
    Dudas y dudas y más dudas…, aunque a veces parezca que tengo tantas certezas…

30 de Octubre de 2007

  • ¡Desde hoy duerme en pensión!. Ha manifestado su deseo de volver a su tierra, donde tiene casa y hermanos y padre…  Por la tarde se presentó en Riereta. Ya tenía una habitación reservada para esa misma noche. Y ahí estará hasta que se solucione el billete y el traslado.
    ¡Me siento bien!.

23 de Octubre de 2007

  • Seguimos igual. Inmersos en un mar de dudas. Sigue durmiendo en la calle, con su carrito de compras a cuesta, en donde lleva su saco de dormir, algunas cosas más y una bolsa tremenda de medicinas. Y ahora también inyectables. Hoy decía estar dispuesto a irse a su país, si se lo pagan… El no cobra nada. No, no estamos contentos. Comer sí come en el comedor de Meridiana, pero dormir no hay manera de que aguante en ningún sitio.

2 de Octubre de 2007

  • Raul sigue en la calle. Durante este verano estuvo en otros albergues, pero de todos se va. No es sencillo el asunto y la verdad es que a Puri y a mí nos preocupa y no nos acabamos de encontrar a gusto. Por un lado nos da la sensación de que Raul es débil, que no es capaz de tomar decisiones. Entonces sentimos como una cierta debilidad hacia él. Pero por otro lado compruebas que no da pasos, que siempre está pidiendo (no es normal que las personas con las que nos relacionamos nos pidan: saben que nosotros no les vamos a dar limosna); pero Raul suele pedirnos. Y cuando le dices que baje por Riereta, para que le conozcan y pueda ducharse… él «pasa», no va. Además hay otro tema que nos preocupa: los demás compañeros que se sientan con él en el mismo banco. Observas detalles de que pasan de él: Si alguien da tabaco, dan a todos menos a él; si hay cerveza, nunca hay para él… Le dejan de lado.

3 de Julio de 2007

  • Sigue en la calle. Parece que lo de Horta era más serio y ya no hay sitio para él. Le decimos que vaya por la tarde a Riereta. No se ha presentado.

27 de Junio de 2007

  • Pobre Raul… Le han echado temporalmente de Horta. Apenas ha durado tres días. Según cuenta hubo alguna discusión (por supuesto «él no es culpable»…) y le dijeron que volviera este jueves. Veremos… En estos días ha dormido en el piso de Juan, otro pobre hombre ex-sargento, cobrando una paga por un accidente que tuvo y que ya se la van a quitar porque ha pasado dos tribunales médicos y ha salido sentencia negativa. ¡Pero es capaz de llevarse a Raul a dormir a su casa, mientras no vuelve al Centro de Baja Exigencia!. No todo el mundo seríamos capaces de hacerlo.

22 de Junio de 2007

  • Raul ya está desde el lunes en la Residencia de baja exigencia de Horta. Se queja de los ronquidos de uno de los compañeros. La habitación que le ha tocado es una de 7 literas dobles (14 plazas). Yo he visto las habitaciones, son muy justas y apenas hay espacios para moverse; por supuesto ni mesita, ni armarios. Las pertenencias en cajas en una consigna con llave que tienen los responsables. El Centro es nuevo, lo abrieron hace unos meses y es del Ayuntamiento. Es indigno que a estas alturas no se piense en habitaciones individuales o al menos dobles. ¿Dónde queda el espacio para la intimidad?; pero no, se supone que, como es gente que viene de la calle, cualquier cosa es buena y no tienen derecho a nada y han de conformarse con lo que le echen graciosamente. ¡Hasta del ronquido del vecino! y es lo menos a soportar….

6 de Junio de 2007

  • Raul sigue en la calle y parece que no tiene tiempo ni para ir a Riereta (es la sede de Arrels), ni para hablar con su Trabajadora Social. Le hemos insistido en que no se quede quieto y reclame su plaza. Veremos a ver…

22 de Mayo de 2007

  • Hoy Raul, un Portugués de unos 40 años, nos ha pedido un café. Hemos entrado en un Bar. Puri y yo hemos pedido un cortado, él un café solo doble y una pasta. Nos ha contado cosas de su vida. 11 años cotizados en España, 8 trabajando en la Letona. Y ahora, desde hace unos años, en la calle. Estuvo en el centro de baja exigencia de Horta, pero se fue voluntariamente porque le había salido un trabajo. Volvió, pero ya no hay plazas. Está a la espera. Tiene que ir al médico a finales de este mes, pues le están dando “vitaminas”… Hoy estaba bebido. El otro día nos dijo que lo estaba dejando…
  • Hemos de comprobar cómo está lo de Horta, que no se demore. Por lo pronto le hemos invitado a que pase por Riereta. Si viene, hablaremos de que se pueda duchar…

3 comentarios en “Raul

  1. josé pardo dijo:

    Enrique:

    Siempre hay alguien detrás del Blog, lo que sucede es que escribir comentarios demanda algunos minutos que no todos estás dispuestos a regalar, pero además resulta que un comentario es tan inocuo frente al problema, que hasta parece tonot hacerlo.

    Me gusta

  2. La cercanía nos hace entender, o al menos aceptar, muchas cosas que desde lejos sólo tenemos ojos para juzgar. De cerca ves a la persona, de lejos sólo ves el bulto. Cuando te aproximas entiendes razones, si te alejas ves sólo excusas de perdedor… Yo, cuando me metí en esto, no conocía la oscuridad de lo que llaman el Cuarto Mundo. Ahora veo y lucho por la dignidad del que no se ve. Y te aseguro que la encuentro en las personas con las que me cruzo, aun y a pesar de su mal vivir. Sólo hay que escucharlas. Gracias, Sara, por estar aquí. A veces uno escribe y no sabe si hay alguien detrás del blog.

    Me gusta

  3. Sara dijo:

    Buenos días, soy Sara. Ayer 10/12/08 conocí a Paquita, aprox. 60 años. Me comentó que estaba en el centro de acogida de Zona Franca (Barcelona). Le invité a comer y charlamos. Después de todo lo que me llegó a explicar, me siento afortunada de tener una familia que me quiere. Ya se que todos tenemos derecho a tener una vivienda y bla, bla, bla… pero, y una vida digna?? Típico discursito, verdad? ayer me quedé sin palabras y sin ganas de malgastar lo poco que tengo. Qué lástima darse uno cuenta de estas cosas cuando te afectan directamente, verdad?? Espero volver a ver a Paquita…

    Me gusta

Deja un comentario