«La señora de los ojos claros»

25 de Noviembre de 2008

  • Un día nos la encontramos chillando y, entre sollozos, parecía que hablaba de una hija suya. No entendimos qué; pero sí nos dimos cuenta de su sufrimiento. El equipo de salud mental del Ayuntamiento la venía observando también y se decidió ingresarla en un centro de salud. Y allí está desde entonces. Pensaron que era lo mejor para ella. Nosotros, en este caso, también. No la hemos vuelto a ver.

8 de Julio de 2008

  • Hoy no quería pronunciar palabra y nos ha hablado gesticulando con la boca y moviendo sin parar las manos.
    Al acercarnos, nos ha conocido, las caras, el saber los nombres ya es otra cosa que requiere más tiempo.
    Su lata de cerveza en la mano, como siempre.
    Esta vez sin abrigo. Sólo una camiseta de tirantes. Es verano y hoy ella también tenía calor.
    Y al despedirse un beso en la mejilla de Puri. A mí no. Le es más cercana Puri…, parece…

3 de Junio de 2008

  • Incorporo a «Historias de la Calle» a una señora a la que llamaremos «La señora de lo ojos claros»
    Hoy hemos hablado por primera vez con ella.
    Hace unos días nos avisaron de que por aquellos alrededores vivía y dormía una señora que, aunque en realidad no molestaba, iba muy sucia, siempre estaba bebida y hablaba sola y con todo el mundo, pero nadie se la escucha de verdad.
    Hoy estaba sentada en un banco. Llevaba un abrigo, aunque los demás vestimos ya con camisa corta de verano. Se notaba que hacía tiempo que no se duchaba ni se cambiaba de ropa.
    Puri se ha sentado a su lado y nos hemos presentado: «Alguien nos ha hablado de tí y queríamos conocerte». No ha hecho falta nada más y se ha puesto a hablar sin parar. De todo lo que decía lo que más se le entendía era el euro que nos pedía para más cerveza. Pronto acabaría las dos latas que tenía en ambas manos y no habría más remedio que sustituirlas.
    «La señora de los ojos claros» no está bien o está muy bebida, pero simpre ríe, quiere olvidar lo feo de la vida. Y tiene una obsesión: los ojos y que éstos sean claros.
    Después de un rato, nos despedimos. Le recordamos nuestros nombres y nos fuimos: «Hasta otro día».
    Será difícil la relación, pero habrá que «estar» con ella.
    «La señora de los ojos claros» es de aquellas personas por las que Arrels apuesta y sólo por ella merece que nosotros estemos ahí, en la calle, para estar y esperar, confiando, ¡cómo no!, en su capacidad de transformar.
    A mí, al menos, ya me ha empezado a cambiar por dentro.

3 comentarios en “«La señora de los ojos claros»

  1. Araceli dijo:

    El amor gratuito es el único que vale. Espero que esa sea vuestra motivación.
    Vivimos en un mundo que machaca a los débiles. Me parte el alma ver a tantos sin techo en el pasillo entre la Línea 1 de metro y los Ferrocarriles Catalanes.
    ¿Cuáles son las causas de tanta explotación, tanta marginación, tanto empobrecimiento? ¿Para quiénes gobiernan los que gobiernan? ¿Cuáles son las leyes del tinglado económico? ¿Qué cultura estamos generando que olvida a sus semejantes?
    Hay que luchar. No sólo sobre los efectos, también sobre las causas, desde un análisis científico de la realidad, sin prejuicios, sin ideologías con argumentos preconcebidos.
    El enriquecimiento de pocos es la miseria de muchos. ¿Seguiremos callando?

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