Jordi

14 de Enero de 2014

  • A Jordi le conocemos desde el año 2007 dormido en un banco de los jardines de la Sagrada Familia. En aquel momento necesitamos tres martes para acercarnos y saludarle. Y ese mismo día nos dijo que llevaba ya tres años viviendo en la calle.

    En Abril de 2011, Puri y yo dejamos aquella zona para venirnos al Casc Antic, y Jordi se quedó allí, en el mismo banco donde lo habíamos conocido. Bueno, el banco no era exactamente el mismo, pues en ese tiempo cerraron los jardines y sustituyeron todo el mobiliario urbano. Cuando los volvieron a abrir, Jordi regresó a su otro banco nuevo durmiendo aquel periódico que siempre le hablaba de los éxitos del Barça.

    En aquel banco cumplió los 65 años. Se le propuso entonces tramitar la pensión de jubilación; pero su banco podía más que su deseo de independencia.

    Y allí se quedó.

    Pep y Josep nos sustituyeron en el  acompañamiento de Jordi. Yo de vez en cuando les preguntaba por su cadera —según nos dijo entonces, en noviembre de 2007 se la tenían que haber operado, pero no se presentó en el hospital el día que tenía programada la operación. Desde entonces anda con una muleta—

    —     Sigue igual —me decían los compañeros— Más sucio, con más barba, con más moscas a su alrededor…

    Pero hoy, no. Hoy Jordi ha pedido poder cambiar su situación. Está dispuesto a subir un escalón de su maltrecha escalera; ya no teme al fracaso y está con ganas de volver a comenzar a ser él mismo.

    Josep nos escribía contento: “Gracias al seguimiento durante años (4 años) de Puri y Enrique y los más de dos años que llevamos acompañándolo Pep y yo, hoy ha bajado al Centre Obert y está dispuesto a hacer todos los trámites para el DNI y conseguir una habitación y dormir bajo techado”

    Jordi lleva más de 10 años en la calle y hoy, precisamente hoy, ha querido cambiar su situación. ¡Enhorabuena!

18 de Enero de 2011

  • ¡Qué sorpresa!, ¡qué alegría! De pronto, cuando apenas Puri y yo acabábamos de encontrarnos para iniciar nuestro recorrido de cada martes, ¡nos ha abordado Jordi! En esta ocasión ha sido él quien ha venido a nuestro encuentro.
    Desde que comenzaron las obras de los jardines de la Sagrada Familia que no le habíamos vuelto a ver; y que conste que le estuvimos buscando.
    Pero hoy ha sido él quien ha venido a nosotros y no he podido reprimir darle un abrazo.
    Ya sabemos en dónde está, él nos lo ha dicho.
    Reanudamos nuestra relación.

5 de Octubre de 2010

  • No está.

    Le echaron las obras que comenzaron en los jardines de La Sagrada Familia. Todo quedó vallado y su banco estaba dentro, en el paseo principal. Luego también quitaron su banco. De hecho todos los bancos del parque los han arrancado. Pondrán otros nuevos, más modernos; a lo peor los ponen del tipo «anti-indigentes», de esos que el Ayuntamiento ha ido colocando por el Raval y Ciutat Vella, en sustitución de los existentes. No estaban mal, pero alguna «gente» los utilizaba para dormir, tendiéndose a lo largo. En los bancos «anti-indigentes» no se puede; han puesto apoyabrazos en medio y sólo cabe el culo de una persona en cada hueco.
    A Jordi desde entonces que no le vemos. Pero sabemos que está «bien». Igual de «bien» que cuando le veíamos. Nos hemos enterado a través de unas personas que trabajan en una gasolinera en donde él nos contaba pasaba las noches. Allí estaba acompañado y seguro y, con suerte, cenaba algo: el trozo de bocadillo que alguno de los empleados compartía con él. A veces no iba por vergüenza, nos decía, porque a Jordi le sabía mal dar lástima y tener que vivir a costa de aquellas personas.
    Últimamente consiguió gafas nuevas y graduadas a su medida. «Alguien -nos dijo-, que le conoce de la calle, se las compró».
    También un día consiguió llegar a Riereta, pero no entró.
    Aún vive en la indecisión.
    ¡Ah, por cierto! Las obras -proclama el letrero- durarán hasta febrero. El Papa, en Noviembre, no se tropezará con «indigentes».

2 de Junio de 2009

  • Por no variar sigue ‘durmiendo el periódico’.
    Cada martes nos dice que vendrá con nosotros el siguiente martes. Y los martes se pasan y nunca llega aquel que le anime a levantarse.
    Está cansado, pero no tiene fuerzas para dar el paso. Y además está su dignidad. El otro día no le vimos en el banco, no vino, porque no quería enfrentarse a nosotros a tener que decirnos que no, que ese día tampoco podía venir a Riereta…, arreglar sus gafas…, dormir en pensión…
    Nosotros hace tiempo que no insistimos, es él quien debe decidir.
    Cuando nos habló de sus vergüenzas, le sugerimos que, si molestábamos, dejaríamos de pasar. Pero no; él quiere que pasemos: «En el fondo es vuestra presencia la que me cuestiona y me obliga a pensar».

25 de Noviembre de 2008

  • Continúa en su banco.
    Nos contaba el otro día que hay una señora, Testigo de Jehová, que le trae todos los días comida y le da conversación durante un rato. Lo agradece.
    Una mala noche le robaron la bolsa -la miseria que rapiña la miseria- en donde llevaba todo lo que poseía: un jersey, un pantalón, una muda y el DNI. Las gafas que lleva ya hace tiempo que las consiguió desechables en una óptica con los cristales de ‘culo de vaso’ lo más cercano a su graduación; en una caida se le rompió una patilla y la lleva sujeta con celo. También se quedó sin PIRMI (Programa de Renta Mínima de Inserción) y ahora está totalmente a expensas de lo que le den. De la operación de la cadera…, se le pasó el día… y por eso tiene una muleta que la arrastrará de por vida.
    Reconoce que le han querido ayudar desde los Servicios de Inserción Social del Ayuntamiento, que ha utilizado alguno de sus recursos, pero que él no ha correspondido como «se merecían las personas que me han atendido. Y así me van las cosas».
    De todas maneras de un tiempo a esta parte nos ha comentado que está cansado y ya van varias semanas que nos asegura que pasará por Riereta esa misma tarde para ducharse y empezar a arreglar su situación; pero luego no viene.
    Seguiremos esperando. Por nuestra parte, Puri y yo, no insistimos y cada martes hablamos de lo que nos viene en gana. Él sabe que puede dar el paso y que nosotros estaremos ahí, ya es suficiente. Lo dará cuando él decida, no cuando nosotros lo queramos. Pensamos que si le recordamos que no ha venido, es como recriminar sus debilidades, es como echarle en cara que no cumple con aquello con lo que se compromete. Y ahora, creemos, que lo que toca es reafirmar sus seguridades y no meter el dedo en la llaga. Nosotros no somos nadie para recriminarle nada.

8 de Julio de 2008

  • Jordi un buen día volvió a aperecer en su banco.
    De la operación… ni nombrarla. Todo un misterio.
    Sigue ahí, sin pedir nada, durmiendo en su períodico que no pasa de página.
    A veces sólo pasamos a su lado, sin decirle nada, por no molestar sus sueños…

1 de Enero de 2008

  • Jordi dejó su banco vacío. No sabemos dónde para. En la fecha que nos dijo que le habían de operar, preguntamos a los hospitales: Nadie nos supo decir nada de Jordi. Sabemos que los servicios sociales del Ayuntamiento le conocen, pero no sabían nada de él desde hace mucho tiempo. Confiemos en que le volveremos a ver…

23 de Octubre 2007

  • Le operarán el mes que viene. Parece que cobra una PIRMI y ya ha recorrido algunos de los servicios sociales del Ayuntamiento, pero «quiere estar en la calle», y está en la calle, según nos dice, «por su mala vida…» El sabrá… Nosotros, por si acaso cambia de opinión, seguiremos viéndole.

2 de Octubre 2007

  • Jordi tiene la misma ropa y las mismas moscas de la semana pasada. Hoy hemos hablado del Barça. Es culé y el domingo había ganado 4-1 al Levante. Estaba contento. Nos dice que el martes que viene ha de ir al médico para que le digan qué día le van a operar. Le animamos a que, si no nos vemos, nos llame para poder ir a verlo. Nos dice que sí… Ya veremos.

25 de Septiembre 2007

  • Sigue en su banco «durmiendo» uno o varios de esos períodicos que te dan sin tú pedirlos. La ropa necesita un cambio, las moscas que pululan por su alrededor así lo delatan, pero a él no le importa. Le recordamos que si quiere puede pasar por Arrels: «Es un mal barrio. Ya sabes…, está lleno de moros…, el barrio chino…» En fín, paciencia… Si todas las cosas que tenemos fuesen por nuestros méritos… Este pensamiento es el que me consuela y el que me hace muchas veces morderme la lengua. Y es que no por ser pobre, se tiene la obligación de ser más bueno.

24 de Julio 2007

  • Era el tercer martes consecutivo que pásabamos por allí y volvía a estar en el mismo banco “durmiendo el periódico”. Así que hoy nos hemos decidido. Me he acercado yo primero. He tosido para ver si no estaba muy dormido y me quería atender. Y me ha atendido. He buscado una excusa para entablar una conversación, si él quería. Y ha querido. Al cabo de un rato me he presentado y enseguida Puri también se ha acercado. Nos ha dicho su nombre, Jordi. Según nos cuenta lleva más de tres años en la calle. Lleva una bolsa de deportes y también tiene una muleta: Dice que está pendiente de que le operen de la cadera, pero no sabe aún cuando. De vez en cuando pasa por el hospital y le hacen  filtraciones, pero ya lleva tantas que no le hacen nada. Para ser el primer día que hablamos con él, nos ha contado muchas cosas. Nosotros, por nuestra parte, le hemos comentado que somos de Arrels y un poco lo que hacemos. Nos hemos despedido, no sin antes pedirle permiso para saludarle otro día que nos veamos. Ha dicho que no tiene inconveniente. Calculo que Jordi no tendrá muchos más de 50 años.

2 comentarios en “Jordi

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