Benjamín vuelve a estar en la calle

Benjamín ya está otra vez en la calle. Os ruego que leáis la noticia en el Blog de Miquel, todoeltiempodelmundo.

Estaba en una Residencia. Después de muchas esperas, Benjamín decidió entrar en una Residencia. Y Arrels se la gestionó de urgencia. Benjamín tiene más de 65 años. La Generalitat tiene obligación de dársela. Y se la dió. Pero Benjamín no es un viejito tierno, agradable, que se conforme con todo. Benjamín es ciego y, desde que le conocemos, lleva una pierna de palo. ¡Pues hasta esto se lo quitaron en la residencia…! Leer, leer la noticia!!. Claro, además, Benjamín tiene una leche de perros y no es fácil su convivencia…
Benjamín se ha ido. ¿Y ahora qué?. A través de las denuncias de Marisol y de Ana Mª y del Pere y del Miquel hemos seguido cómo era tratado o, mejor dicho, no tratado y hasta maltratado en esa Residencia. Y hemos sabido de las protestas que han lanzado a la dirección. Todos esperábamos ¿lo peor?: Benjamín no aguantaría y se iría de allí. Ya le había costado entrar: menos le costaría salir. Me imagino la tranquilidad con que se habrán quedado los trabajadores de aquella Residencia…
Pero ¿y ahora, qué?. «Arrels seguirá acompañando a Benjamín». ¡Claro!, es lo que solemos hacer y sin duda es lo primero: que Benjamín no se quede solo. ¿Pero confiará en nosotros que le metimos en aquel cuchitril…?
Pero Benjamín no es el único que se ha querido marchar de la residencia que se le había proporcionado. Hay más de los que han estado en seguimiento por Arrels que también han firmado su marcha voluntaria de la residencia que le había tocado en turno. ¿Por qué?. Y no eran como Benjamín. Éstos veían y tenían pierna y no tenían tan mala leche, pero también se fueron, ¿por qué?.
¿Y ahora qué? Ya está bien que acompañemos. Ya está bien proporcionar medios para su desarrollo autonómico y darles medios como son las residencias. Pero no es suficiente. No creo que el trabajo de Arrels deba de terminarse en dejarlos en una residencia como si con ello el proceso hacia el nivel de autonomía de la persona ya se hubiese cumplido y que su situación, de la forma que le traten una vez están dentro, no deba preocuparnos -de hecho nos ha preocupado y Marisol y Ana Mª y Pere y Miquel han actuado-. Pero no podemos conformarnos con esperar a que les echen o se vayan para volver a comenzar. ¡No!. ¡Hay que denunciar!. La denuncia de situaciones injustas está recogida como tercer punto en la Misión de Arrels. Y todos sabemos que hay Residencias que no cumplen con las mínimas condiciones de respeto a la persona. Y si estas personas son aquellas a las que nadie mira, peor.
¿Y ahora qué?. Hay que denunciar y la denuncia no debe ser únicamente la que en su día hicieron Marisol, Ana Mª y Pere a la dirección de esa Residencia o la que estamos haciendo ahora desde unos insignificantes blogs Miquel o yo y todos los voluntarios de Arrels que quieran solidarizarse. Creo que hay que denunciar la inadecuación de los servicios hacia las personas que se acogen. Nunca las residencias deberían ser aparca-viejos que ya sólo esperan resignadamente que les sobrevenga la muerte. Y cuanto menos ruido hagan mejor. Residencias repartidoras de somníferos y relajantes para tener quietecito al personal y que no protesten.
La Generalitat debería saber lo mal que funcionan algunas de las Residencias concertadas y debería actuar. Y tal vez Arrels tendría algo que decir y se haya que investigar y realizar algún informe que ayuden a «denunciar situaciones injustas y aportar propuestas que tiendan a paliar o erradicar las causas que generan pobreza y exclusión social» (punto 3 de la Misión de Arrels).

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