JOSÉ
Conocía a Fermín, que busca chatarra, y a Juan, al que José Mª, un compañero de Arrels, le está gestionando el poder cobrar su pensión contributiva. Esto nos ha ayudado mucho para entrar. Ha sido como el timbre que nos ha abierto la puerta de José.
Hoy José estaba sentado en un banco leyendo una novela tranquilamente. Con su gorra. Le gusta llenar el tiempo leyendo. Está parado. Y según nos dice, no necesita nada; pero nos ha dado permiso para que le saludemos si volvemos por allí (que volveremos, no tenemos la menor duda).
Al despedirnos, ha dejado caer una frase que siempre nos ha de hacer pensar:
«Está bien lo que haceis con Juan -tiene 71 años-, ¡pero no le cambieis la vida!. «.
Será así, mientras él quiera.
RAUL
¡Desde hoy duerme en pensión!. Ha manifestado su deseo de volver a su tierra, donde tiene casa y hermanos y padre… Por la tarde se presentó en Riereta. Ya tenía una habitación reservada para esa misma noche. Y ahí estará hasta que se solucione el billete y el traslado.
¡Me siento bien!.
GERARDO
«Tengo dos hijas… y nietos…, pero yo… estoy solo…»