Milagros de la Calle

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Este artículo se publicó el 11 de enero de 2015

Es normal que a los que nos dedicamos a esto de acompañar y estar con aquellas personas que viven y duermen en la calle, y que allí comen y defecan y ven pasar la vida…, aquellas que nadie quiere ver, las invisibles, las que estorban, y, a veces, apalean mientras beben…, las que no quieren nada, porque así ya les está bien para seguir viviendo…,

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Desde la pobreza

DSC_0537Con el tiempo (y con la edad) he descubierto que este trabajo de “hacer la calle” sólo lo puedo entender desde el reconocimiento de mi propia pobreza: yo también estoy solo y necesito del otro para sentirme que soy.

Es la relación con el otro lo que me da motivos para vivir. Es el sentirme querido por el otro, el ser importante para el otro, el ser alguien para alguien, lo que me hace sentirme vivo y por lo que encuentro razones para implicarme en mi propio proyecto de vivir. Es mi pobreza, mi soledad, las que están necesitadas del otro: el otro me hace ser. Sigue leyendo

Me importa el CÓMO

 

Como voluntario, siempre me ha gustado participar en proyectos pequeños. Proyectos pequeños con objetivos grandes. Aquellos objetivos que nuestra mentalidad capitalista y utilitaria los llamaría inalcanzables y utópicos; pero que, en el fondo, los tildamos así, porque son poco o nada rentables, y, los posibles “éxitos”, son más que dudosos de conseguir.

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Su tiempo no es mi tiempo

Llevaba meses sin ir a visitarlo.

Pensé que me echaría de menos y que, si me  acercaba a verlo, se alegraría de mi presencia y que, al verme, como Lázaro de su sepulcro, se levantaría de su banco a recibirme, que me abrazaría, que me diría cuánto se había extrañado de mi larga ausencia, que me había echado en falta…

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Se llama Pablo

8Pablo aún no ha cumplido los 40, pero lo conocemos desde hace casi 10 años viviendo en la calle, de cuando Puri y yo rondábamos los alrededores de la Sagrada Familia.
Entonces, nos saludaba y se quedaba con nosotros para hablarnos de sus cosas, y nunca nos echaba ni despreciaba.

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El interrogatorio

4Cuando vas al encuentro de las personas que viven en la calle y te sientas con ellas y hablas con ellas como lo hicieras con cualquier otra persona conocida, sin prejuicios, pero tampoco con pena o con ganas de solucionar el problema de nadie, sino porque el hacerlo te agrada y te sientes a gusto…
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En la Plaza Real

Plaza Real 1Llevaba un rato hablando con José a un lado de la Plaza Real, cuando un hombre, que también lo conocía, se acercó al grupo y nos interrumpió la conversación que manteníamos. Su objetivo era vendernos información de restaurantes en donde podríamos comer a buen precio y de hoteles y pensiones en donde lograr dormir, siempre, claro, con calidad garantizada. Posiblemente aquel hombre nos había tomado a Puri y a mí por turistas recién llegados a la ciudad. Sigue leyendo

Estamos en campaña

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Sí; estamos en campaña:

Los medios de comunicación se llenan de tertulianos: son profesionales de la (des) información, convertidos en marionetas de aquellos partidos con cuya ideología coinciden. Como verduleras en un mercado de abastos, más que informar, cada participante pasa a ser un defensor fanático de un partido concreto, convirtiendo lo que debería ser un coloquio para la información del oyente/espectador, en un insulto a su capacidad intelectual. Sigue leyendo

Un saludo a Jordi en Sant Jordi

Es como un cuento; pero se trata de una anécdota real que esta mañana Puri y yo hemos  tenido con Jordi, una persona cercana  a los 80 años y que, desde hace tiempo, tiene instalada su casa en un banco del Parque de la Ciutadella, de donde, hasta ahora, nadie ha conseguido sacarlo, salvo cuando decide desaparecer por una temporada sin avisar a nadie. Sigue leyendo

Ataduras que encarcelan

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  –  Me han dicho que en Riereta me podría duchar y cambiar de ropa.

No le habíamos visto nunca, pero alguien le habló de lo que hacemos y, nada más vernos, se vino hacia nosotros. Éramos su tabla de salvación en medio de un océano negro e infinito.

Víctor es bastante joven y aparentemente se desenvuelve bien.

–  Soy alcohólico y tengo depresión. Yo solo, no puedo salir. Sigue leyendo