Es como un cuento; pero se trata de una anécdota real que esta mañana Puri y yo hemos tenido con Jordi, una persona cercana a los 80 años y que, desde hace tiempo, tiene instalada su casa en un banco del Parque de la Ciutadella, de donde, hasta ahora, nadie ha conseguido sacarlo, salvo cuando decide desaparecer por una temporada sin avisar a nadie. Sigue leyendo
Ataduras que encarcelan
– Me han dicho que en Riereta me podría duchar y cambiar de ropa.
No le habíamos visto nunca, pero alguien le habló de lo que hacemos y, nada más vernos, se vino hacia nosotros. Éramos su tabla de salvación en medio de un océano negro e infinito.
Víctor es bastante joven y aparentemente se desenvuelve bien.
– Soy alcohólico y tengo depresión. Yo solo, no puedo salir. Sigue leyendo
Ellos lo intentan
Luisa vive en la calle desde hace ya mucho tiempo (según ella, desde los 10 años) y pocas cosas le has de enseñar. Se le nota que es mujer luchadora y que ha tenido que sobrevivir en un mundo sobradamente machista. Quizás por eso siempre intenta ir de por libre, aunque no rehuye la compañía de los que ella previamente ha elegido a lo largo de su vida: “¡Sólo amigo!”, nos aclara. Sigue leyendo
Del dolor ajeno
Que me perdone quien haya escrito este texto, si es que lo llega a leer y no le gusta que lo haya exhibido. Lo tenía —anónimo— en el ordenador, archivado, entre otros, como TEXTOS INTERESANTES. No es mío, pero me siento tan identificado con él…
Hablamos con una naturalidad del dolor ajeno…
Vivimos el sufrimiento ajeno con una normalidad…
Expresamos las carencias del otro con una frialdad…
Y, por otro lado, es normal. Si los que trabajamos cerca de las personas que sufren la marginación no pudiésemos alejarnos del sufrimiento, del dolor, de las carencias… que padecen, seguramente que se nos haría muy difícil convivir con nuestra propia conciencia. Sigue leyendo
Una manta para dormir
Esta tarde, en el Centre Obert, una mujer me ha pedido una manta.
La busqué en el ropero y escogí aquella que a mí más me gustaba: vistosa y de colores vivos, además de gruesa, ¡claro!, para que calentase mejor. Sigue leyendo
Milagros de la Calle
Es normal que a los que nos dedicamos a esto de acompañar y estar con aquellas personas que viven y duermen en la calle, y que allí comen y defecan y ven pasar la vida…, aquellas que nadie quiere ver, las invisibles, las que estorban, y, a veces, apalean mientras beben…, las que no quieren nada, porque así ya les está bien para seguir viviendo…, Sigue leyendo
Así, pequeño, así
Como casi todos los años, mi amiga Auxi, me manda por Navidad una reflexión que te hace bajar a la tierra para elevarte a Dios.
Así, pequeño, así.
Así quiero que nazcas nuevamente en mi vida.
Te quiero, pequeñito -no me gusta lo grande-.
Te quiero así de débil -tengo miedo a lo fuerte-.
Te quiero así de niño -los sabiondos me aturden-. Sigue leyendo
No había sitio para ellos en la posada
Hace unos meses Hassan fue expulsado del país. Es uno de esos hombres “malos” que no se había adaptado a nuestro sistema. No tenía papeles, no tenía derecho a trabajar, bebía y vivía en la calle… Sigue leyendo
Lo malo es la impotencia
Mientras te da igual y te amparas en el escudo de la indiferencia: “eso no va conmigo”…
Mientras el otro no te importa y no le dejas que entre en tu vida…
Mientras él no significa nada y su dolor deja de dolerte cuando doblas la esquina…Mientras su soledad no te hace sentir tu propia soledad…
Mientras él es “él” y no te implica en el “nosotros”…
Mientras su culpa no es tu culpa y su vida no remueve tu vida…, todo va bien. Sigue leyendo
Solidaridad ¿derecho de los pobres?
Ayer estuve delante del CIE (Centro de Internamiento para Extranjeros) junto a algunos centenares de personas, exigiendo que estos centros se cierren. Los CIE’s son lo más parecido a una cárcel para los que no tienen papeles, pero sin los derechos, las reglamentaciones y controles (ni siquiera los profesionales adecuados) que las cárceles de verdad tienen. Son, sin duda, una de las expresiones visibles de mayor injusticia que una sociedad, que se dice de derecho, mantiene contra el más indefenso: el inmigrante pobre y sin papeles. Sigue leyendo