EL TEATRO, EL CONGRESO Y LOS RECORTES

Ayer tuve todo un día de teatro.

Por la noche Mª Carmen y yo estuvimos en el Tívoli; nuestros hijos nos habían regalado sendas entradas para ver Campanadas de Boda, que presenta la compañía de teatro La Cubana en Barcelona. Una comedia-vodevil-costumbrista que parodia una de las tantas farsas que nos montamos en nuestras vidas: la boda.

Al final todo  el mundo aplaudíamos a rabiar. La Cubana tiene esa virtud de introducirte en el espectáculo y hacerte protagonista de lo que ves. No te sientes extraño observándote inmerso en toda esa parafernalia que a lo largo de la farsa van entretejiendo a tu alrededor.

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