Martes, 25 de Noviembre de 2008

Hacía tiempo que no ponía nada nuevo en este apartado y no ha sido por falta de noticias. Intentaré ponerme al día.

«La señora de los ojos claros»

Un día nos la encontramos chillando y, entre sollozos, parecía que hablaba de una hija suya. No entendimos qué; pero sí nos dimos cuenta de su sufrimiento.
El equipo de salud mental del Ayuntamiento la venía observando también y se decidió ingresarla en un centro de salud. Y allí está desde entonces. Pensaron que era lo mejor para ella. Nosotros, en este caso, también. No la hemos vuelto a ver.

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Raul

Raul ingresó en la Llar Pere Barnés. Es una residencia de 30 plazas que Arrels abrió el año pasado en Noviembre. Cada residente tiene su propia habitación individual para dormir. En la Residencia también comen y cenan y tienen espacios para estar. Se trabaja la autonomía en lo que se puede y hasta dónde se puede. Algunos, desde allí han pasado a pisos compartidos. Estamos orgullosos y contentos de poder ofrecer este recurso en donde la dignidad de la persona es muy cuidada.
La transformación en Raul, ya lo conté, ha sido abismal. La relación es mucho más fluida y en la Llar se ha comprometido en hacer pequeños servicios. También por la mañana va al centro ocupacional. Se siente útil.
Pero no siempre las cosas son maravillosas. Me consta que hace poco armó follón y parece ser que perdió los papeles. Y es que Raul no ha dejado del todo la bebida y a veces se sigue pasando con él y con los demás. Lo que no nos debería sorprender. Las personas no cambiamos de la noche a la mañana y menos personas que, como Raul, han vivido tanto tiempo en la calle, que tienen sus vidas machacadas, su cuerpo lleno de alcohol y de enfermedades, algunas incurables, y que, todo unido, le hacen complicado encontrar razones para vivir.
Es por esto que no puedo sino admirar la paciencia y el buen hacer de las personas -voluntarios y profesionales- de Arrels o del Ayuntamiento o de cualquier otra organización, que día tras día, hora tras hora, tratan con ellos y que no paran de recibir «bocadillos a sus espaldas» , sin que en realidad sean culpables de los desatinos de estas vidas rotas. Y a pesar de todo seguirles mirando a la cara, sin rencores, con cariño, volviendo a empezar…, hasta setenta veces siete…, sin esperar nada a cambio… Es difícil su trabajo y por eso desde aquí mi pequeño homenaje y mi gran agradecimiento en nombre de los que no saben hacerlo.

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Gerardo

Después de las vacaciones, Gerardo regresó a la plaza. No se vio con ánimo para dormir en pensión.
Desde entonces ha estado entrando y saliendo, de la calle a la pensión y de la pensión a la calle. Él marca qué es lo que toca: «Ahora toca calle» Y cuando toca calle la arma. Tiene mala bebida. Pero cuando toca pensión se transforma en una persona entrañable, llena de matices; pero no reconoce su mal beber y eso, cuando está en la plaza, le acarrea problemas con los vecinos y con la guardia urbana.
A día de hoy está en la Llar, en una habitación que hay de dos literas para situaciones temporales.

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Jordi

Continúa en su banco.
Nos contaba el otro día que hay una señora, Testigo de Jehová, que le trae todos los días comida y le da conversación durante un rato. Lo agradece.
Una mala noche le robaron la bolsa -la miseria que rapiña la miseria- en donde llevaba todo lo que poseía: un jersey, un pantalón, una muda y el DNI. Las gafas que lleva ya hace tiempo que las consiguió desechables en una óptica con los cristales de ‘culo de vaso’ lo más cercano a su graduación; en una caida se le rompió una patilla y la lleva sujeta con celo. También se quedó sin PIRMI (Programa de Renta Mínima de Inserción) y ahora está totalmente a expensas de lo que le den. De la operación de la cadera…, se le pasó el día… y por eso tiene una muleta que la arrastrará de por vida.
Reconoce que le han querido ayudar desde los Servicios de Inserción Social del Ayuntamiento, que ha utilizado alguno de sus recursos, pero él no ha correspondido como «se merecían las personas que me han atendido. Y así me van las cosas».
De todas maneras de un tiempo a esta parte nos ha comentado que está cansado y ya van varias semanas que nos asegura que pasará por Riereta esa misma tarde para ducharse y empezar a arreglar su situación; pero luego no viene.
Seguiremos esperando. Por nuestra parte, Puri y yo, no insistimos y cada martes hablamos de lo que nos viene en gana. Él sabe que puede dar el paso y que nosotros estaremos ahí, ya es suficiente. Lo dará cuando él decida, no cuando nosotros lo queramos. Pensamos que si le recordamos que no ha venido, es como recriminar sus debilidades, es como echarle en cara que no cumple con aquello con lo que se compromete. Y ahora, creemos, que lo que toca es reafirmar sus seguridades y no meter el dedo en la llaga. Nosotros no somos nadie para recriminarle nada.

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Gil

¡Le hemos visto!. Hace 4 martes le vimos sentado en un banco.
Nos reconoció. A Puri y a mí nos dio mucha alegría verle y que él se acordase de nosotros.
Estaba más charlatán que nunca. Nos contó que ya por fin había tramitado la pensión de jubilación, unos 700€, «no está mal», le dijimos, pero él no estaba muy conforme, pues los gastos son muchos.
Vive realquilado en una habitación, por la que paga cerca de 300€, luego tiene que comer y que vestirse y que si el tabaco y que si… Pero, bueno, en general le vimos mejor que en otras ocasiones y sobre todo mucho más extrovertido.
Desde aquel día no le hemos vuelto a ver.

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Juan José

Estuvo ilocalizado unas semanas, pero luego le venimos viendo todos los martes y también casi todos los martes por la tarde se pasa por Riereta para ducharse y cambiarse de ropa.
No; a pensión no ha vuelto. En Julio insinuó para cuando hiciese frío; pero han pasado fríos y lluvias y él sigue en su ‘casa descapotable’. «Y cuando viene la lluvia tengo un plástico grande que me cubre».
Hoy nos contaba que vino la guardia urbana a ‘su casa’ para ‘desahuciarle’. Parece ser, por lo que hemos entendido, que  quieren construir en el solar que utiliza para dormir y le debieron decir que de allí se debería de ir.
Seguimos nuestra relación y él nos la sigue aceptando.

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