
Esta fue la zona de recuento de mi equipo
No sé si os habíais enterado, pero anoche más de 700 voluntarios peinábamos las calles de Barcelona para detectar a las personas que esa noche iban a dormir en la calle. Barcelona se dividió en más de 100 zonas y cada una de ellas la recorría un equipo de voluntarios. En el mío estaban: Mari Carmen, mi esposa; Alex; Marisol; Casimir y Mª Dolors. Todos se habían apuntado a esta movida como voluntarios sin ninguna experiencia en este campo, movidos sólo por el interés y por una cierta sensibilización especial hacia este campo de la exclusión. También la organización había decidido que viniesen con nosotros Pedro Cabrera y María José, los sociólogos de la Universidad Pontificia de Comillas que coordinan este estudio. En el último momento se añadió también al grupo Ramón Noró, de Arrels. Así, pues, formamos un nutrido equipo que luego se demostró muy bien avenido. Comenzábamos a las 10:30 de la noche en el Líceo (no vimos salir a nadie de este lugar que sospechásemos deberíamos contabilizar) y terminábamos a las 2: 30 de la mañana.
Independientemente de los números que salgan, quisiera destacar:
1.- La gozada que significa vernos tantas personas juntas en un proyecto de acercamiento al que nada tiene.
Esta noche las personas que han dormido en las calles de Barcelona no han pasado desapercibidas. Por una noche han podido no sentirse tan «nadies». Porque esta noche más de 700 personas les han mirado con otros ojos, con ojos de respeto, de afecto, incluso de admiración…
2.- Han habido zonas en donde no se han detectado ninguna persona durmiendo al raso.
Se sabía y se había dicho en las reuniones preparatorias. Ellos se buscan sus sitios y se buscan sus seguridades, porque todos te dicen que la calle les mata y les roban y les pegan y las violan… No sé cómo se lo harán los sociólogos para sacar conclusiones, pero estoy seguro que en la calle duermen muchos más de los que ayer contamos. Y eso que nuestro equipo fue uno de los que más personas encontramos (23) y más entrevistas hicimos (unas 16)
3.- La ilusión y el buen hacer de las personas que formábamos el equipo.
Parecía mentira que no tuvieran experiencia, la adquirieron de inmediato. Y es que queda demostrado que cuando a la gente la tratas con respeto, la respuesta rara vez es de violencia. Y lo comprobamos con el primero al que entrevistamos. En un primer momento, muy educadamente, se excusó: tenía otras cosas que hacer aunque eran ya las 11 de la noche; pero no pasaron dos minutos que volvió y aceptó a ser entrevistado: «Ya que me lo ha pedido tan amablemente…» Ese respeto hacia el entrevistado fue la tónica permanente de todo el equipo.
4.- La propia experiencia que se llevó la gente de sensibilidad y de sorpresa.
Para muchos estas personas han dejado de ser unos seres extraños que viven así porque ellos quieren. Seguirán, como yo, sin acabar de entenderlo, pero estoy convencido de que a partir de ahora los aceptarán y los sentirán más cerca y los sabrán mirar con otra mirada.
5.- No puedo pasar por alto la importancia y el trabajo que ha significado el preparar esta movida y congratularme con el poder de convocatoria que han tenido las organizaciones convocantes:
Arrels, con Miquel Julià; el Ayuntamiento, con Albert, responsable del SIS y Paula, representante de un Sol Món, que han sabido engrescar al resto de la Red Social de Atención a las Personas en Situación de sin Hogar de Barcelona: Parròquia Sant Miquel del Port, Associació PRISBA, Arrels Fundació, Associació Rauxa, Congregación Siervas de la Pasión, Residencias Madre Teresa i Llar Santa Isabel, Associació Centre Acollida ASSIS, Associació Social Yaya Luisa, Alberg de Sant Joan de Deu, Obra Social Santa Lluïsa de Marillac, Centre de Convalecencia Companyia Filles de la Caritat de Sant Vicenç de Paül, Fundació Quatre Vents, Llar de Pau, Cáritas Diocesana de Barcelona, LLIGAM, L’HEURA, Creu Roja, Fundació Maria Raventós.
6.- Ojalá que este trabajo de conjunto sea provechoso para que la Red Social sea un hecho en nuestro país. Que a partir de ahora se trabaje en la coordinación y en las sinergias de los recursos por el bien de aquellos a los que en esta noche hemos visitado.
Os felicito de todo corazón, creo que pocas personas tienen el valor, el coraje humano de hacer lo que hacéis vosotros. Pocas personas dedican su tiempo libre a los demás, eso es cierto, y muy pocas quieren implicarse en los problemas de los demás. Nada más hay que ver cuando alguien le están agrediendo, o robando, en vez de ayudarla, corren para no saber nada. Pues, imagínate con las personas que tienen problemas, o las que viven en la calle. Es un placer felicitaros, porque realmente os lo merecéis. Besos Marola
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