Juan José
El día 24 de Diciembre Juan José se presentó en el Centre Obert. Todo hacía pensar que se quedaría a cenar.
De unos años a esta parte, en Arrels se tiene la costumbre de hacer la cena de Nochebuena.
El intento es hacer que esta cena no sea una cena «para», sino una cena «con».
La verdad es que siempre ha sido un éxito y ha sobrepasado todas las expectativas.
Ya se sabe que los días de Navidad suelen ser, para todos, días de familia, de recuerdos -buenos y malos-. También lo son para estas personas.
Por eso algunos rechazan la invitación y no vienen. Otros, sin embargo, se visten sus mejores galas y parecen auténticos señores/as -¡que lo son!-.
Pues bien, Juan José esa tarde se presentó en Riereta; pero no sabemos exactamente qué fue lo que pasó, el caso es que desapareció y no se quedó a cenar. Yo no estaba, pero a Puri y a Marta les supo mal, pues incluso le habían reservado un sitio en su mesa.
Hoy nos ha comentado que una noche que llovía y hacía mucho frío -por los datos que da, debió de ser antes de final de año- se presentó por su cuenta, sin decírselo a nadie, en la pensión en la que ya él había estado el año pasado.
Duró una noche y gracias, pues, según nos contó, había pasado más frío que en ‘su casa descapotable’ y, para mitigar el frío, se tuvo que levantar en medio de la noche para ponerse los pantalones y el jersey: «No me he constipado en toda mi vida y al día siguiente tuve que tomarme un jarabe. ¡No vuelvo más a esa pensión!».
Tenía un humor de perros. Cuando se marchaba le preguntaron si ya no volvería y, al decirles que no, se molestaron, porque, de haberlo sabido, le hubieran cobrado 20€ en lugar de los 18€ que le cobraron, pensándose que dormiría más de un día.
Gerardo
Ha vuelto a beber y a perder los estribos. Está en pensión, en ésa en la que el otro día pasó tanto frío Juan José, pero Gerardo se lleva mantas de Arrels si las necesita.
Ayer le vi en el Centre Obert. Gritando, de buen rollo, pero con unos gritos cuando hablaba conmigo que se oían en la calle.
Es curioso que ahora no se va a su plaza, se queda por el barrio. Yo lo quiero ver como un pequeño avance.
Está durmiendo en la pensión, «¡si la encuentro!», me dice.
De hecho hoy Puri y yo hemos pasado por la plaza en donde encontramos a Gerardo y no había nadie en situación de calle.
Y hacíamos balance: ¡d’un hi do! (que se dice en Cataluña). De allí Arrels ha ayudado a salir a siete u ocho personas que ahora están viviendo de una manera estable en pisos de Arrels, en la Llar Pere Barnés, en pensión…
Son pequeños alicientes del ahora que nos animan a seguir en el tajo. ¿Mañana?… mañana ya se verá, será otro día.
Esteban
Hoy añado a mi lista de inquilinos de la calle a Esteban.
Puri y yo le conocimos en Septiembre del 2008, pero ya hacía tiempo que otra pareja del equipo de calle le tenía en seguimiento; pero un buen día desapareció.
Por lo que nos ha contado y nosotros hemos deducido, debió de perder la conciencia, se lo llevaron a un Hospital y de allí a una residencia de urgencia, en donde debió de estar alojado durante algún tiempo. De pronto, en Agosto, no sabemos cómo, ni por qué, se marcha de allí y se instala en un banco de madera rodeado de arbustos en donde Puri y yo un buen día de Septiembre, paseando las calles, le descubrimos.
Según nos dice, 67 años. Apenas ve; con dificultad se mueve. Una barba blanca grande de papá Noel y una sabiduría y una conversación que da gusto oirle.
No quiere oir hablar de salir de allí. Se siente feliz y agradecido por todo lo que los vecinos están haciendo por él.
Los vecinos le cuidan, le dan la comida, le dan las mantas, la ropa, los plásticos para que, sobretodo en estos días de lluvia, no se moje: «Lo peor es la humedad, se te mete por todo el cuerpo», nos dice. «Pero, Esteban, te buscamos una pensión mientras dura la lluvia y luego te vuelves al banco». «No, hay que pasarlo mal para luego valorar lo bueno»
Y en verdad que es una persona agradecida.
Él es el protagonista del vídeo «La Filosofía de la Calle» .
¿Entender esta actitud?. Nos conformamos con aceptarla y seguir acompañando. Es parte de esa gratuidad, que comentaba el otro día y que a veces nos cuesta tanto, de no esperar ni siquiera que el otro cambie de vida.
Seguro que Esteban me dará mucho que hablar y comentar.
Creo que como otras veces os he comentado si que es una filosofía, a veces incomprensible para algunas personas, pero creo que si nos interesáramos más por esas personas sabríamos realmente que piensan, en que creen, como están. Besoss y dale recuerdos a Esteban. Besoss Marian
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