HILOS QUE SE ROMPEN

Hilos que se rompenHoy, martes, 14 de Julio de 2009, he contado hasta sesenta los años que llevo de vida.
Y precisamente hoy hemos vuelto a ver a Jacinto.

Desde que le expulsaron de Arrels por tiempo indefinido y duerme en la calle, todos los martes nos espera a Puri y a mí en aquella plaza.
Ha vuelto al mismo lugar en donde hace ya más de cinco años que Puri y Roc -entonces su compañero de calle- le localizaron y entablaron una relación que, con el tiempo, se transformó en un seguimiento por parte de los programas de Arrels.
Dejó la calle.
Pero sus problemas mentales y de alcoholismo le hacen ser agresivo y le han devuelto al lugar de donde vino.

Y otra vez la telaraña rota.

Roto el hilo laboral (ya hace tiempo que no se conseguía trabajo para él); roto el hilo social; roto el hilo familiar que, por primera vez en su vida, Arrels se lo había regalado; roto el hilo sanitario y la posibilidad de controlar la medicación imprescindible en su situación… Hoy nos cuenta que ayer se rompió el único hilo que le quedaba: la terapia psicológica.
La psicóloga le ha dicho que ya no le puede atender porque ahora está en la calle y no tiene seguimiento social por parte de ninguna institución (¿!).
Tendrá que buscarse la vida por otro lado y le ha dado una dirección.

Jacinto en estos últimos años había conseguido olvidar el dolor de la calle. Por eso, tal vez ahora, según nos dice, que tiene más miedo a la calle que nunca.
A la calle… y a la noche sobre todo.
Es violento y agresivo y su enfermedad mental, unida al alcohol, le hace no reconocer sus actos.
Los expertos dicen que no hay solución para él, porque él no cambiará. Y aceptarlo como es, se hace difícil. Porque la gente tiene derecho a evitar ser agredida. Y a Jacinto se le tiene miedo.

En estos días Jacinto nos ha recibido muy bien a Puri y a mí. Eso sí, bebido, pero bien. Ha dormido en cajeros, pero siempre acompañado: Tenía miedo.
Tiene también pendiente de ejecución una sentencia reciente por violencia y tampoco sabe qué hacer. Además le han robado los papeles junto con una radio que tenía.
Lleva sólo unas semanas en la calle y ya le han robado, a él, a Jacinto, que es joven y alto y fuerte y… agresivo…

A Puri y a mí nos duele verle así.
¡Son tantos los que, como Jacinto, nos confiesan: “Uno no puede salir de la calle solo, necesita que alguien le eche una mano”!…

Hoy le hemos informado que puede ir a Heura para ducharse y allí también le darán ropa limpia. Y en todo caso que vaya a los servicios sociales del Ayuntamiento. Estos servicios, al ser públicos, no le deberían negar la comida ni el dormir…

Es curioso, pero, aun y a pesar de haber estado toda su vida en la calle, ahora se siente perdido en ella. Y es que en estos últimos años había encontrado en Arrels lo que nunca antes nadie le había dado: Alguien que estuviese por él, que le atendiese, que le escuchase, que le quisiera, que le abriese puertas.
Por primera vez en su vida pudo vivir en su piso, comer debidamente, regularizar su tratamiento médico…
Jacinto se había acostumbrado a lo que debería ser lo normal para cualquier persona.
Pero ahora, a sus aún no cumplidos 40 años, el no poder, el no saber, el no querer cambiar, le han devuelto a su terrible realidad cotidiana de vivir en la calle.

A Puri y a mí nos duele verle así.

En tanto él lo quiera y nosotros podamos, no tiraremos la toalla y mantendremos la esperanza más allá de toda esperanza. No para hacerle cambiar, sino para que Jacinto simplemente se sienta acompañado, que es nuestro oficio, el oficio de los que hacemos la calle.
Será algo así como mantener entero un pequeño hilo de esa telaraña que cada uno tenemos y que hoy por hoy Jacinto la tiene hecha un guiñapo.

Enrique


4 comentarios en “HILOS QUE SE ROMPEN

  1. Comprendo a Eduarno en un pequeño sentido, intento comprender lo que quiere decir, pero en el fondo yo soy un poco como Enrique, creo que se debe, si se debe ayudar a esas personas, cuente lo que cueste, es un pena ver a gente como Jacinto que tiene 40 años, está en su plena vida y este así. Quizás no conozca algunos antecedentes de él y por eso seguramente Eduardo habla así. Quizás hay gente que no se deja ayudar, que han tirado la toalla y que por mucho que te empeñes no salen de ese pozo. Pero, aún así estoy al lado de Enrique. Saludos y un beso Marian

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  2. eduardo cano dijo:

    Enrique he releído unas cuantas veces tu comentario acerca de la historia de «Jacinto». Le he dado vueltas a unos cuantos temas. Quizás mi condicíón laboral de educador de Arrels, me impide captar más sensibilidades. ¿No lo sé?. ¿Tal vez mi objetividad profesional es un obstáculo para «simpatizar»?. No pretendo debatir nada en tu blog. Ni tampoco sentar catedra de nada, por que siempre hay otros que saben más de la vida, del compartir, de la solidaridad, del acompañamiento y yo he de aprender de èstos. Son tus sentimientos, tus emociones, tus percepciones… que para eso te curras la calle como voluntario de Arrels, pero en relación a tu comentario acerca de Jacinto, mi opinión difiere bastante de la tuya en muchos aspectos, que no voy a exponer en el blog. Tan sólo quería hacerte llegar mi desacuerdo. Muchas Gracias por tu trabajo.

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  3. A veces al leer tus historías me tiembla el corazón, me duele la garganta de leer, de escuchar que pueda existir ese dolor, esa forma de vida, ese desencanto por todo. Que personas como Jacinto, jovnes, muy jovenes estén así. Me pregunto cuál es la utentica razón de que lleguen a estar así, la descepción de la vida, el que no han tenido nunca a nadie que les diga lo que le quieren, la soledad, no sé, ye he pasado por malos momentos, en los que alguna vez e echo alguna estupidez, pero, nunca podré negar que a veces esa tele de araña se rompe, nunca diré que no a nada ni a nadie, porque no se como es esa tela de araña mia, y que a lo mejor un día se puede romper. Pero, lo que más pena me da es ver a esas personas tan jovenes en esas situaciones. Te mando un beso muy fuerte para ti Enrique y para todos los que hacéis cada día que no se rompan más telas de araña.
    En mi blog dedique el otro día un poema a personas como Jacinto. Espero que si algún día sale, y le gusta la poesía la pueda leer. Un saludo Marian
    http://marola77.wordpress.com/

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