Horacio Ávila: la crisis lo dejó en la calle y ahora da alojo a indigentes

Volvemos de vacaciones y nos encontramos:

A los “ilegales”, sin cartilla sanitaria; y a los españoles, habiendo perdido el derecho universal a la salud.

El IVA, por los aires, incluso en productos básicos.

Más jóvenes en el paro y familias enteras sin percibir ningún subsidio; pero, eso sí, el gobierno poniendo más trabas para cobrar el plan Prepara (400 € durante 6 meses) por aquello de que el parado no se apoltrone en la butaca de su casa sin buscar el trabajo que no hay, entre otras cosas, porque las pequeñas y medianas empresas están cerrando debido a que los bancos no sueltan ni un euro para ayudarlas a financiarse.

Esos mismos bancos que se están levantando gracias a los dineros de los contribuyentes.

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SAID, “UN ILEGAL”

A Said hoy le he acompañado al médico.

Hace unos meses conseguimos que le dieran la tarjeta sanitaria.

Said es “ilegal”.

Es una de esas personas a las que nuestra sociedad del consumo y de las desigualdades le ha colgado el sambenito de “ilegal” sólo porque no nos da la gana darle unos papeles que le haga igual a nosotros y con los mismos derechos que nosotros.

Así, tildamos de “ilegales” a unas personas cuyo único pecado es el de querer mejorar su vida y la de los suyos.

No llamamos “ilegales”, sin embargo, a aquella otra persona que esconde su capital y elude sus impuestos. No es “ilegal” el españolito famoso que vende la “Marca” España viviendo y contribuyendo fuera de ella para ahorrarse impuestos. No es “ilegal” el que explota al que no tiene papeles y hace su riqueza sin pagar a la administración lo que le correspondería. No es “ilegal” el pluriempleado en diferentes consejos de administración, bancos y cargos políticos, cobrando dineros que causan escándalo. (Por cierto, ¡qué capacidad intelectual… y de influencias y de… extorsión…!). No; estas personas no son “ilegales”.

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¿Rezar?

No sé pedir.
No sé rezar.
Y no es que piense que Dios se desentiende;
que no quiere saber nada de las cosas que pasan por el mundo.

Hoy he visto a Juan:
Mal, ebrio, sucio, abandonado; pero me ha conocido.
Ha cogido con fuerza mi mano, cuando yo se la he tendido.
Apenas balbucea, pero sonríe:
Interpreto que le ha hecho feliz el verme;
que le ha gustado que haya interrumpido mi camino y me haya acercado a saludarle:

– ¿Cómo estás, Juan? Yo no te veo demasiado bien…
Se ríe…

Y ¿qué le pido a Dios?
¿Que le ayude?
¿Que deje de beber?
¿Que le haga “normal”?
¿Que le encuentre trabajo?
¿Que el trabajo que encuentre lo quiera aceptar?
¿¡Qué te pido, Dios!?
¡Qué puedo pedirte que tú puedas/quieras concederle!
¿Que te sienta cerca?; ¿para qué?
Él seguirá en el precipicio, viviendo su angustia.
Y ¿qué quiere decir que tú estés cerca?
Tú no eres la lámpara maravillosa que concedes deseos cuando se frota…
Pero tampoco te sientes indiferente a tanto dolor.
Mas ¿qué puedo pedir?
¿Cómo debo de hacerlo para que el dolor se acabe en Juan
y en tantos otros muchos “juanes” que hay en el mundo?
Tú no quieres que haya tanto dolor, fruto de nuestra injusticia.
Tú no te acercas a Juan si yo no me acerco.
Tu mano no se tiende a Juan si no hay una mano que se tienda.
Mi sonrisa es tu sonrisa.
Mi esperanza es tu esperanza.
No hay cambio si no hay lucha y no hay lucha si yo no lucho, si él no lucha…

¡Dios, no me dejes caer en la desesperanza
para poder llevar tu esperanza a los que lo han perdido todo!

Enrique

EL EURO DE MANUEL

¿Quién puede ponerse en la piel de aquel para quien un euro le va la vida…?

Manuel vive en una residencia.
Desde hace años que, oficialmente, dejó la calle. Y digo oficialmente, porque, aún hoy, a veces, se escapa y vuelve a su «antiguo parque» .
Lo sorprendente es que lo hace aun y a pesar de que le duelen las piernas y que, para poder desplazarse, necesita de un andador en donde apoyarse.
Por eso será que Manuel, los días que permanece en su «antiguo parque», los pasa sentado en su «antiguo banco», sin moverse.
Luego, cuando ya lleva algunos días/semanas allí -será también que el parque le cansa-, abandona su banco y se deja llevar otra vez a la residencia.

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EL ENTIERRO DE JUAN

Hoy, Juan, estuve en tu entierro.
No quedaste solo. Veinticinco personas te acompañamos y te dimos el último adiós en el cementerio.
Hay más gente que te aprecia, pero hoy no estuvieron. Ya sabes…, el morir no apetece. Te quieren vivo. Así, ellos piensan, te tendrán para siempre.

Subieron tu ataúd a lo más alto.
Mientras lo introducían en la oquedad eterna, junto con las flores que Lluc te llevó, y ajustaban con argamasa la losa sin nombre que tapará para siempre la luz que llega del exterior, dos nichos más abajo descubrí un letrero enganchado al cristal de la puerta, que decía:

“AVÍS DESNONAMENT”
“AVISO DESAHUCIO”

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UNA MUJER: MARIA

Mujer de carácter, a veces acoge y a veces nos echa,
pero no sé qué tiene María que, cuando la conoces,
se te desborda la “tendresa”.

María empieza a hacerse mayor -ya no cumplirá los setenta-.
De entre toda ella, destaca su mirada.
Sus ojos la delatan: azules, ¡grandes!, ¡abiertos!
Todo lo mira.
Todo lo observa.
Nada de lo que pasa a su alrededor se le escapa.
A todos conoce.
Con todos habla…
A todos y con todos los que, como ella, pisan y duermen la calle.
Con ellos se sienta, comenta, les grita…, se enfada…
Sobre todo les grita.
Los otros… la escuchan… y callan…, la vigilan…, la aguantan… Sigue leyendo

Y HAY QUIENES SE CULPAN Y SUFREN

– Manel debe de estar en algún hospital. Alguien le vió inconsciente tirado en el suelo y llamó a una ambulancia que se lo llevó.

Quien nos daba la noticia era Cristóbal, compañero de Manel que, como él, lleva en la calle ni se sabe de tiempo.

– Lo mismo ya ni le encontráis. Estaba muy enfermo.

Y es verdad. Hacía dos semanas que le habíamos visto por última vez:

– Manel, te acompañamos al médico…
– No, al médico no; pero esta tarde me llegaré por Riereta para ducharme y cambiarme de ropa. Estoy muy sucio.

No vino. Le esperamos, pero no vino.

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NO CAMBIES

Cuando me despedía, casi en un susurro, Rafa me espetó: “No cambies; sigue siendo la persona que eres”.

Me sentí halagado; como el pavo real con todas sus plumas abiertas; como la gallina clueca en medio de sus polluelos:

¡Mi/nuestra manera de estar, de acompañar, de escuchar… tenía sentido!

Como cada martes, fuimos a aquella plaza en donde conviven un grupo de personas que conocimos hace tiempo en el Puente de Calatrava. Y, como cada martes, nos esperaban para contarnos sus cuitas, sus desgracias, su vida… Y nosotros, como cada martes, les escuchamos y nos interesamos por lo que nos cuentan; y nos reímos con sus bromas; y nos preocupamos por lo que a ellos les preocupa.

“No cambies”.

Lo han notado, han sentido que nosotros estamos con ellos, que tienen nuestra confianza, que nuestra relación va un poco más allá del encuentro puntual para conseguir objetivos.
En los manuales escritos de la acción social, ésta sería la primera etapa en el proceso de ayudar a que estas personas salgan de la calle y consigan su autonomía perdida. Sigue leyendo

Proyecto7: Empiezan las clases y piden material para escolarizar

Como siempre en este blog hay cabida para Horacio Ávila y su Proyecto7 desde Buenos Aires. Esta vez me escribió un correo solicitando material escolar para las familias («flias»)  que están en albergues (Hoteles, los llaman en Argentina) o en la calle. Aprovechando que este blog también lo leen algunas personas de Buenos Aires, ahí va lo que Horacio me escribió:

Hola a todos/as, como todos saben empiezan las clases, y muchas flias de los hoteles, y otras que estan en calle necesitan todo lo necesario, para que los pibes empiecen, es decir guardapolvos todos los talles, pintorcitos para jardin, mochilas, (aunque sean usadas pero que esten buenas), utiles, cuadernos, carpetas, hojas, zapatillas, y todo lo que consideremos que es necesario, para ir a estudiar.
Podemos ir a buscar cosas, si nos dicen donde y coordinamos, tambien nos serviria, de aquellos que sepan que nos digan si hay organizaciones que esten dando, para hablar e interactuar.
Gracias a la participacion y colaboracion de todos Uds. muchas flias pasaron unas fiestas de fin de año dignas, y bajo un techo, volvemos a apostar y acreer en Uds, para que estos pibes puedan acceder a una enseñanza publica, gratuita y fundamentalmente digna.
Muchas gracias anticipadas, porque estamos seguros de su respuesta.
Un abrazo para todos/as.
Horacio Avila Proyecto7 Gente en Situacion de Calle
15-5504-8678

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La cuadratura del círculo

Vuelve a escribir Gabriel

De matemáticas ni «papas»; por tanto hallar la forma de transformar un círculo en un cuadrado, resulta para mi capacidad poco menos que imposible.
¡Pero…! (y siempre hay un pero, sobre todo para quien quiere llevar siempre la razón) si cambio una parte de la sociedad o del globo terráqueo por el círculo y la otra por el cuadrado, veo que, en teoría, es posible. Ambas partes son geométricas, por tanto pertenecen a un mismo tronco. Así que, con ligeros cambios posibles de valores, tanto de una parte como de la otra, es factible la unión de ambas, formando un cuadrado perfecto.
¡Pero…! ¿quiénes son los guapos que, una vez resuelto el problema sobre el papel, lo lleva a la práctica? Yo, ni idea tengo; pero si hace falta ayuda, pues, eso, me explicas la solución y si hace falta empujar del carro, pues me avisas.

Gabriel