María y Juan: Mare i fill

"el caso es que yo sí creo que Dios le quiere. Porque mi Dios no está tranquilo en la desigualdad."

En Abril del 2004 escribí el relato de una madre y de un hijo que, entonces, vivían en la calle.
La primera vez que Ester y yo vimos a esta mujer, María, fue en Enero de aquel año. 
Una semana después conocimos a su hijo, Juan, que ya nunca se separaría de su lado.
Desde entonces han pasado muchas cosas.
En Octubre de aquel mismo año accedieron a venir por Arrels y, desde ese momento, Arrels ha ido apoyando y reforzando la acción de la Fundació Tomás i Canet, que ejercía la tutela de María, y se les buscó pensión, a los dos.
Luego, durante más de un año, ella estuvo en un centro de salud mental y él, todos los días, sin falta, la visitaba. 
Allí comían juntos y vivían juntos. Hasta que, llegada la noche, Juan volvía a su pensión, a dormir.
Una vez por semana Juan se pasaba por Arrels para ducharse y, a veces, «si le daba tiempo», echar una partida de ajedrez.
Hace unos meses, no sé si con alta médica o sin ella, María se marchó del centro de salud mental.
Juan dejó la pensión y, juntos, se fueron a visitar a sus vírgenes… 
Hace poco regresaron.

Hoy, ahora, vengo de enterrar a María.
De repente se complicaron las cosas y el lunes Juan nos llamaba para decirnos que su madre había muerto.
Unos días antes la había ingresado en el hospital por problemas respiratorios.
Pero él, después de comunicarnos la noticia, se dió de baja de la pensión y se fue ¿quién sabe a dónde…?
Hoy no estaba en el cementerio.
Han venido sus tìas, sus primos, …, sus otros hermanos…; pero él, que era el único que siempre la había acompañado, no estaba para despedirse.
Me preocupa, nos preocupa. Él siempre había dependido de su madre. Sin ella ¿qué hará ahora…?
Le buscaremos. Y cuando le encontremos, allí estaremos, otra vez a su lado, para acompañarle en su duelo…, si nos deja…, ¡ojalá nos deje…!

En recuerdo de esta mujer, que tanto ha debido de sufrir en la vida, os invito a que volváis a leer lo que en Abril del 2004 escribía: Hasta que el cuerpo aguante.
Por lo demás, confío plenamente en que el Dios, en el que ella también creía, ya la ha acogido para su descanso.

 

2 comentarios en “María y Juan: Mare i fill

  1. He leído el post, impresionante, la verdad y también cierto, autenticamente cierto y desalentador. Creo que es normal que esas personas que no tienen nada, pierdan la fe, y otras se aferren a ella. Creo que en el mismo sistema, en el mismo lugar habrá las dos versiones, una es la de Juan y otra de María. María nunca perdió la fe, aunque la fe no le diera nada, se aferraba a ella, a esa cruz, a esas postales o escapularios, porque eso le hacía seguir viviendo. Creo que Juan estaba más desilusionado de la vida, y como muchos se pregunta ¿porque Dios si es tan bueno, deja que haya personas que vivan así, deja que maten, que ocurran desgracias?….creo que también tiene razón. Y yo también soy de las que creo que algo, pero no en la iglesia, en los curas, obispos y toda la truppe, que lo único que hacen es vivir la sopa boba. Siempre he criticado las riquezas que tiene la iglesia en el Vaticano y en países del mundo, y las penurias que pasan millones de niños, en el mundo, millones que mueren por la pobreza, ¿ Y eso es seguir la doctrina de Jesús?…Creo que se volvería loco si volviera y viera lo que se está gestando en las iglesias, en las Conferencias Episcopales y demás…
    Felicidades Enrique, me ha gustado mucho y me uno a ti en la pena, espero que Juan aparezca, quizá no ha podido soportar la pena de la desaparición de su madre, quizá la quiera recordar como la veía cada día y no quiere que le quede la imagen del cementerio o la caja. Nadie sabe que es lo que pasa en la mente de las personas en ciertos momentos. Un saludo cordial Marian

    Me gustaría que si algún día ves a Juan le dieras este poema, se lo dedique a mi madre, ahora se lo dedico a Maria:

    Mi madre

    Siento tu alma rozándome
    huelo tu aroma de flor
    eres tu madre besándome,
    amándome, acariciándome.

    Tu que la vida por mi disté
    sin sentir cansancio, ahogo o dolor.
    Tu bella flor perdiste
    tu vida, tus años jóvenes, perdiste
    por mi, niño querido, niño amado.

    Siento tu olor en mi piel,
    siento tus labios en mi cara,
    bellos callados, queridos,
    esos deseos de mimos,
    a ese tu niño querida.

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  2. Me ha encantado tu historia. Enhorabuena por esa generosidad. La parte que vale la pena del mundo está hecha de gente como tú. Felicidades.

    Gracias, Félix, por pasarte por mi blog y el comentario que dejaste.
    ¡Suerte con la entrevista!. Entré en tu blog, pero fuí incapaz, técnicamente, de dejarte ningún comentario.
    Enrique

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