OTRA VEZ NAVIDAD EN LA CALLE

¡Feliz Navidad!
Es éste nuestro mejor deseo en estos días.
Es nuestro saludo enlatado para todos nuestros conocidos cuando llega Navidad.
Nos pegamos al teléfono y echamos mano de nuestra vieja agenda para recordar a nuestros amigos, a aquellos que tenemos olvidados durante todo el resto del año, que seguimos vivos:
¡Feliz Navidad!
Internet se llena de e-mails diciendo lo mismo:
¡Feliz Navidad!

Pero hoy no. Con ellos no me sale. No les puedo decir ¡feliz Navidad!
Porque la gente que vive en la calle no tiene Navidad.

Se la han robado.
Tantos años de soledad, tantos recuerdos agolpados, tantos sentimientos frustrados, tantas navidades vacías…
¡Feliz… ¿Soledad?!
Soledad como cualquier otro día, pero más descarada, más impertinente, más inoportuna…
¿Feliz Soledad?
¡Maldita soledad!, que ni la Navidad la llena sino de más soledad…
Soledad de recuerdos, soledad de sentimientos, soledad de amigos, soledad de… Dios.
Porque Dios no llegó.
Se quedó en los pesebres de nuestras acomodadas casas para cantarle villancicos y mecerle entre pajas.
Se quedó acurrucado en nuestra Acción de Gracias “por no estar como ‘aquel’ que vive en la calle”.
Se quedó perdido en los grandes almacenes.
Se quedó olvidado ante tanto capricho y antojo.
Se quedó oculto cegado de tanta luz.
Y no llegó a la calle.
Por eso el que vive en la calle, no le vio.

Hoy he pasado, les he visto y hemos hablado como cualquier otro día, como si nada pasara, como si las luces no estuvieran, ni las paradas no vendieran alegría y esperanza envueltas fugazmente en papeles de plata.

– ¡Cuídate, amigo! Mañana será… otro día. Otro, como tantos, cargado de soledad.
Yo vendré… después de fiestas…
Volveré a estar contigo… una vez que pase Navidad…

Enrique

5 comentarios en “OTRA VEZ NAVIDAD EN LA CALLE

  1. Patagonia dijo:

    Sin duda una época muy difícil. Recuerdos… malditos recuerdos! Y soledad… maldita soledad!

    A veces me pregunto si sería mejor hacer borrón de memoria y empezar otra vez desde 0. Sin una familia a la que echar en falta, sin el miedo de ser agredido, sin necesidad de echarle nada a la sangre para hacer «más llevaderos» estos días… Todo desde 0. Inocente, sin miedo, sin heridas, sin cicatrices…

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  2. Creo que no hay dolor más desgarrador que la soledad, aunque algunos digan que hay gente que le gusta vivir así, creo que no es cierto. Yo la he sentido presente en mi, la he tocado, y no me gusto, tuve por momentos panico de que se quedara a mi lado, e intente por todos los medios apartarla de mi para siempre, no lo conseguí, pero lucho diariamente para no encontrarmela en cualquier esquina.
    Este es mi resumen de «la soledad».
    Un abrazo y mis deseos de un mundo mejor.

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  3. Me uno al sentir de esta entrada, escrita con realismo y hondura desde la pobreza de las buenas gentes no siempre escuchada, gentes que ya no albergan esperanza en los malos momentos. A ti te deseo, gratitud para los buenos momentos, mucha salud y que sigas trabajando con la ilusión de cada día. Un abrazo de Navidad desde Zaragoza

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  4. que el deseo navideño se extienda al resto del año, y que personas como tú, no dejen de mirar y acompañarles a ellos ni de reclamarnos una conciencia más solidaria a nosotros, tu mirada nos acerca a la realidad diaria, hoy, que es nochebuena, y todos los días.

    un abrazo

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