Seguramente sea una nimiedad, ante tanta bonanza, económica y espiritual, que el Papa, con su visita, nos traerá al pueblo catalán…
Seguramente sea una gilipollez de las mías, de un idealista utópico, sin echar raíces en la realidad…
Seguramente sea el discurso demagógico y sensiblero de un obsesionado que está cegado por la inmediatez del sufrimiento que observa, al intentar estar un poco cercano al que sufre…
Seguramente…