Artemio
Hoy le vemos peor que otros días y él se queja más de lo habitual. Las llagas que le salieron en las manos, se han debido extender por todo el cuerpo, pues, al saludarle, le he tocado un brazo y se ha quejado y no me ha hecho muy buena cara de amigo.
Le invitamos a acompañarle a urgencias, pero… está ocupado: «Ha de llevar a unos amigos los bocadillos que ha recogido», nos dice.
Le proponemos que por la tarde se acerque a Riereta y allí avisaremos para que haya alguien que le pueda acompañar.
Pero por la tarde no fue.
Lo de siempre… Lo urgente para nosotros que no es lo importante para Artemio.
Y por mucho que nos lo digamos, volvemos a caer.